¿Cuánto combustible llega realmente al depósito de tu coche cada vez que echas 50 euros en la gasolinera?

Todos o casi todos los conductores saben a día de hoy que cada vez que pasamos por la gasolinera además de pagar por el combustible pagamos también una buena cantidad de impuestos, lo que la gran mayoría no sabe es cuánto pagamos de impuestos y lo que es más importante: cada vez que echamos 20 o 50 euros cuánta gasolina de verdad, o gasóleo, llega hasta el depósito del vehículo.

Para hacernos una idea de la importancia de este impuesto, el Estado recaudó el año pasado 22.128 millones de euros a cuenta del mismo, una cantidad que lejos de bajar como cabría parecer por la popularización de los coches híbridos y eléctricos, subió más de un 6,5 %.

Cada vez se gasta más combustible

En este caso, el tramo impositivo que pagamos en las gasolineras está compuesto por el Impuesto Especial de Hidrocarburos (IEH), que para hacernos una idea supone algo más de 47 céntimos por litro en el caso de la gasolina y de 37 céntimos en el del gasóleo, y por el IVA, que aquí es un 21 %.

Esto significa que por cada litro que pagamos a 1,50 euros de media, una cifra que aunque fluctúa a diario podemos aplicar tanto a la gasolina como al diésel, estamos realmente pagando entre 60 y 80 céntimos de impuestos, o lo que es lo mismo la carga de impuestos sobre el carburante fluctúa en la actualidad entre el 45 y el 55 % en función del tipo de carburante y el precio.

Recibes la mitad de lo que pagas

Así las cosas, cuando echamos 50 euros de cualquier carburante al coche realmente sólo la mitad van destinados a pagar el combustible puro y duro, mientras que la otra mitad va a la administración, lo que significa que a nuestro depósito solo llegan 25 litros, frente a los casi 70 que recibiríamos si no tuviéramos que pagar impuestos.

A día de hoy el diésel goza de ciertos beneficios fiscales (unos 10 céntimos por litro) desde los años 80 para fomentar entonces su uso que ahora Bruselas pretende eliminar en toda Europa, de hecho España es uno de los pocos países que lo mantiene vigente y ya han amenazado varias veces con quitarlos.