Este mecánico resuelve las principales dudas de los conductores
Práctico
Juan José, mecánico: «No recomiendo llenar el depósito del coche»
Más allá del dinero y la comodidad, este experto explica las razones por las que llevar el coche lleno hasta la boca del depósito no es lo más recomendable para la mecánica
Los estudios dicen que los españoles tenemos que pasar por una gasolinera entre 2 y 3 veces al mes. Aquí no existe una regla común, algunos conductores deciden llenar el depósito hasta la boca, mientras que otros apuestan por el clásico «ponme 20 euros».
Pero tal y como explica este mecánico, no se trata de algo anecdótico, sino que existen motivos mecánicos por los que él recomienda llevar siempre el depósito entre un cuarto y tres cuartos de su capacidad.
Ni lleno ni vacio
Ni lleno ni vacío, siempre entre uno y tres cuartos
El motivo es más que sencillo y sobre todo razonable. Cuando el depósito baja de un cuarto, toda la suciedad que puede haber acumulada en el mismo entra al motor. Es cierto que el filtro está para algo, pero las micropartículas llegan.
Una avería cara
Por otro lado, llevarlo lleno es un problema en determinadas circunstancias. Por ejemplo, los coches de gasolina tienen un filtro llamado canister que evita que los olores a combustible lleguen al habitáculo que puede estropearse con facilidad si el depósito va siempre lleno.
Del mismo modo, cuando lo llevamos lleno hasta la boca, el problema es que con el calor y con el movimiento el carburante produce gases y necesita una zona de expansión, pero si va completamente lleno no tiene sitio físico.
La clave está en no llenarlo a tope normalmente
Es por ello que solo es recomendable llenarlo cuando estamos en carretera de viaje, pues tan pronto como abandonamos la gasolinera comenzamos a consumir carburante, con lo que generamos espacio libre rápidamente.
Tal y como explica el mecánico, lo que no tiene sentido es llenar el coche y aparcarlo en el garaje, pues tal cantidad de gasolina acumulada en un espacio muy pequeño no es algo especialmente recomendable, ni por mecánica ni por seguridad.
Todo ello sin citar el riesgo de que el carburante se salga en las curvas, manche la carrocería y termine por estropear la pintura del coche.