Pedro Sánchez en la presentación del Plan Auto 2030 español
Industria
Pedro Sánchez califica de «error histórico» la decisión de Bruselas de no prohibir los coches gasolina y diésel
El presidente se ha quedado solo en Europa en su defensa del coche eléctrico mientras el resto de países comunitarios aplauden la marcha atrás de Bruselas respecto a los coches de combustión
Adía de hoy muy pocos entienden la postura que ha mantenido Pedro Sánchez durante las últimas semanas apoyando la desaparición de los coches con motor de combustión, sobre todo si tenemos en cuenta que España es el segundo productor europeo de este tipo de vehículos tras Alemania. Un sector estratégico que aporta un 11 % del PIB.
En Europa han ignorado las dos cartas enviadas por el presidente las últimas semanas en las que aboga por el coche eléctrico y por el adiós a los coches gasolina y diésel, una decisión que va en contra del resto de la Unión Europea y que solo beneficia a China.
El factor chino
Hace solo unas horas que Pedro Sánchez ha tachado como un «error histórico» la propuesta de la Comisión Europea de retirar el veto total a la comercialización de vehículos de combustión a partir de 2035 y autorizar, en su lugar, una producción «limitada» de este tipo de automóviles hasta alcanzar un 10 % de las emisiones de CO2 permitidas en 2021.
«Es un error histórico de Europa porque la competitividad se garantiza por la sostenibilidad y no debilitando nuestros compromisos climáticos», ha señalado en la clausura del acto 'Avanzando en el Pacto de Estado frente a la Emergencia Climática'.
Compromisos climáticos
La oferta de Bruselas es un primer paso que debe ser aún negociado entre el Consejo y el Parlamento Europeo para ser adoptada en su forma definitiva y, según recalcan fuentes comunitarias, en todo caso ese margen deberá ser «compensado completamente» por los propios fabricantes con «créditos» obtenidos a partir del uso del llamado «acero verde» producido en la UE o de biocombustibles.
Ursula von der Leyen, ha dado un paso adelante a favor de Alemania y los fabricantes
La propuesta de la Comisión Europea atiende a la relajación de las normas pedida por parte de la industria y por Alemania e Italia, pero desoye la llamada de España de mantener los objetivos pactados.
El Ejecutivo comunitario insiste en que se trata de una flexibilidad que no cuestiona el objetivo último de alcanzar la neutralidad climática a más tardar en 2050, por lo que los fabricantes deberán cumplir aún en 2035 un objetivo de reducción del 90 % de las emisiones vinculadas a los vehículos de combustión.