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24 de abril de 2024

Echegoyen

Echegoyen

Jaime Echegoyen 1956-2022

Un banquero de raza

Siempre dejó un buen recuerdo allí donde estuvo y en un número muy considerable de personas por su inteligencia y gran capacidad de trabajo, pero sobre todo por su humildad, preocupación por los detalles y gran empatía con los demás, ya sean colegas, competidores y hasta reguladores

Jaime Echegoyen
Nació el 28 de diciembre de 1956 en Madrid donde ha fallecido el 16 de diciembre de 2022

Jaime Echegoyen Enríquez de la Orden

Exconsejero delegado de Bankinter y ex presidente de la SAREB

Fue, por encima de todo, un banquero. Empezó su carrera en el Bank of America y llegó a ser consejero delegado de Bankinter. Ocupó ese cargo después en el Barclays para toda la península y acabaría asumiendo la Presidencia de la SAREB, la entidad que tuvo que hacerse cargo del desastre financiero de hace algo más de una década.

Nunca pensé que me tocaría escribir unas palabras sobre mi gran amigo y maestro Jaime, y sin ninguna duda no tan pronto. Pero la tristeza por su reciente perdida y el deber de agradecer todo lo que nos ha dado y enseñado a muchos durante su larga y exitosa carrera profesional me lleva a intentar escribir estas líneas con todo mi cariño hacia él y su familia.
Jaime, sin duda fue un banquero de raza, empezó muy joven estudiando la carrera de derecho en los sótanos de la entidad financiera donde ya marcaba impronta su padre Don Rafael Echegoyen, que lo vigilaba desde su despacho en el «Palacete de la Castellana». Cuando termino los estudios empezó su carrera como banquero internacional trabajando para Bank of América tanto en sus oficinas de Nueva York como en Londres, tiempos que recordaba con frecuencia como de los más felices de su vida profesional y personal, con el nacimiento de sus hijos Borja y Gabriela.
Tras unos años muy fructíferos llego la hora de su vuelta a la oficina madrileña de Bank of America, donde se le esperaba con muchas ganas porque ya se conocía su buen nombre y sus grandes cualidades como gestor allí por donde pasó. Así las cosas, a su vuelta Jaime encabezó un equipo de jóvenes banqueros que seguramente marcaron una época tan brillante como competitiva en la incipiente banca corporativa en la España de la década de 1980, la época de los créditos subasta, los préstamos sindicados, las emisiones de pagares y bonos, un tiempo de tantas cosas…
Cuando él consideró que llegó la hora se pasó al banco que le vio empezar en el Paseo de la Castellana, 29 y ahí, a donde llegó como subdirector de banca corporativa y mercado de capitales en 1988 desarrolló la mayor parte de su exitosa vida profesional hasta llegar a ser el consejero delegado de Bankinter entre los años 2002 y 2010.
Esos fueron años de gran crecimiento para la entidad, de cambio y modernización de la imagen de marca, de inicio de la digitalización del banco, de la entrada en el milenio y el Euro con todos los cambios profundos que todo ello conllevó en la Banca. Jamie lideró todo ese crecimiento y esa transformación predicando con el ejemplo y siempre poniendo a las personas por delante en sus decisiones.
Sin duda alguna en Bankinter dejó una huella para siempre en muchas de las personas que allí coincidimos con él, «El Chino» como cariñosamente le llamaban en la sala de Tesorería, no se sabe muy bien si por sus ancestros filipinos o por esos ojos achinados que nos miraban siempre con curiosidad infantil. Es famosa una intervención suya en las cenas de Navidad de la sala de tesorería del Banco que solíamos hacer en el Club de Campo de Madrid (sin duda las mejores que se han hecho en el banco gracias a unos dedicados organizadores y a un brillante equipo de guionistas). Un año, en el número estelar apareció Jaime vestido de chino, con sombrero y coletas, a cantar «Chinito Chen» para acallar rumores definitivamente.
En los años de la crisis financiera, Jaime se movió y cambio de banco para esforzarse por mantener una importante marca de banca extranjera en Iberia, aceptando ser el consejero delegado de Barclays para España y Portugal y aunque aquí su periplo duró algo menos, no es menor la cantidad de personas que lo recuerdan y agradecen su etapa con ellos por su naturalidad, sencillez y liderazgo entre las plantillas de ambos países.
Por último, aceptó ser en número uno del banco que creó el Estado para ayudar a resolver la crisis inmobiliaria: la SAREB. Y aquí, como él decía, cambió su sombrero a «inmobiliario» y «político», algo que no le encajaba especialmente y por ello dejaba hacer a los expertos en las materias. Pero nunca dejó de ser un financiero preocupado por cumplir con sus compromisos y devolver lo más posible a las arcas públicas de lo que allí se gestionaba.
En sus discursos como presidente siempre transmitía ese compromiso ineludible y el hecho que esa institución tenía fecha de caducidad. Paradojas de la vida, la SAREB le ha sobrevivido.
Como Jaime no se podía estar quieto ni en vacaciones, cuando terminó su etapa en SAREB de la que él siempre ha guardado muy buenos recuerdos, aceptó varios encargos de amigos y colegas como consejero, asesor, promotor, etc.. de varias iniciativas y negocios siempre financieros e innovadores, el último del que tengo conocimiento y que duró hasta el fin de sus días es la presidencia del fondo TWC (Trade&Working Capital) donde sé que le consideraban «mucho más que un presidente».
En resumen, Jaime siempre dejó un buen recuerdo allí donde estuvo y en un número muy considerable de personas por su inteligencia y gran capacidad de trabajo, pero sobre todo por su humildad, preocupación por los detalles y gran empatía con los demás, ya sean colegas, competidores y hasta reguladores.
Tal día como hoy Jaime hubiera cumplido 66 años, sirva este pequeño homenaje para recordarle, agradecerle y decirle que le echaremos de menos siempre, y un gran abrazo con todo cariño para acompañar en estos momentos a su querida familia y amigos, DEP Jaime.
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