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26 de abril de 2024

Adolfo Kaminsky

AFP

Adolfo Kaminsky (1925-2023)

Falsario en nombre de la lucha contra el nazismo

Sus masivas falsificaciones de documentos permitieron salvar la vida a miles de judíos

adolfo kaminsky icono
Nació el 1 de octubre de 1925 en Buenos Aires (Argentina) y falleció el 9 de enero de 2023 en París (Francia)

Adolfo Kaminsky

Las persecuciones antisemitas de la Segunda Guerra Mundial le obligaron a especializarse en la falsificación de documentos, actividad que compaginó después con su profesión de fotógrafo.

Ser judíos de origen ruso y de nacionalidad argentina en la Francia de la Segunda Guerra Mundial hacía de quien ostentase semejante condición un blanco perfecto de las persecuciones antisemitas perpetradas por los nazis con el apoyo sin fisuras del régimen colaboracionista de Vichy: Adolfo Kaminsky y su familia no fueron la excepción. Ya en el otoño de 1940, cuando vivían en Normandía, su madre murió atropellada por un tren en circunstancias nunca aclaradas, poco después de que la totalidad del clan fuera fichada por las autoridades.
Tres años de espera transcurrieron antes del episodio tan trágico como previsible: el 22 de enero de 1943, los Kaminsky en pleno eran detenidos en Caen e inmediatamente encarcelados. Permanecieron alrededor de nueve meses en la ciudad normanda antes de ser trasladados al campo de Drancy, cercano a París, lugar de triste memoria: era el punto de partida, la mayor parte de las veces sin retorno, hacia los campos de la muerte de Alemania y Polonia.
Mas a los Kaminsky les tocó la suerte cuando se barruntaba el infortunio definitivo, gracias a las misivas previamente envidadas por Paul, el hermano mayor, al cónsul argentino, pidiendo auxilio. El diplomático intercedió y sus compatriotas fueron liberados en enero de 1944. Quedaban aún nueve meses para la liberación de Francia y la actividad de los grupos de la Resistencia interior era cada vez más frenética y Adolfo Kaminsky, que ya tenía 18 años, decidió incorporarse a uno de ellos, perteneciente al escultismo judío.
Fue asignado a un servicio de falsificación de documentos que operaba desde un escondite en el corazón del céntrico barrio parisino de Saint-Germain-des-Près. Bajo el seudónimo de Julien Keller, pasó el resto de la guerra fabricando a destajo documentos falsos, desde certificados de matrimonio y de bautizo hasta tarjetas de racionamiento. Su labor de zapa permitió así a muchos judíos escapar de la persecución; y sobre todo, salvar de la deportación a miles de niños.
Su responsabilidad era enorme, con unos nervios de acero, pues el más mínimo fallo podía tener consecuencias dramáticas. Por ejemplo, en una ocasión la solicitud afectaba a 300 niños. Es decir, novecientos documentos que debían estar listos en tres días. «Tenía que permanecer despierto el mayor tiempo posible. Para luchar contra el sueño. El cálculo era sencillo. En una hora, haría treinta documentos falsos. Si dormía una hora, morirían treinta personas. Más que nada, temía un error técnico».
Tampoco se podían obviar riesgos fuera del laboratorio: un día, durante un control, casi le interpelan llevando en el bolso cincuenta carnés de identidad, su bolígrafo, tinta, sellos y grapadora. «¿Quieren ver mi merienda?», respondió astutamente a los policías, que le dejaron marchar.
Tamaña hoja de servicios suscitó, una vez terminada la guerra, el interés de la inteligencia militar gala. Kaminsky aceptó inicialmente la oferta, pero la perspectiva de servir en la Guerra de Indochina le disuadió de seguir. Antes al contrario: puso su habilidad falsificadora al servicio exclusivo de causas izquierdistas, desde la independencia de Argelia hasta los movimientos «antiimperialistas» en Latinoamérica y los opositores de las dictaduras española, portuguesa y griega. Kaminsky cesó en 1971 la actividad que le proyectó a la fama para replegarse en su profesión de fotógrafo.
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