El director de la comedia popular española

Fue uno de los directores más queridos por el público y más despreciado por la crítica que nunca le tomó en serio. De lo que hoy no hay duda es de que Mariano Ozores es uno de los cineastas más personales que ha habido en España, prolífico, rentable y divertido hasta el último día.

Hijo de los actores Mariano Ozores Francés y Luisa Puchol, la infancia de Mariano, nacido en 1925, Antonio, nacido en 1928 y José Luis, nacido en 1923, transcurre entre bambalinas, pues sus padres tenían su propia compañía de teatro y en ella sus tres hijos aprenden varios oficios. Mariano, sin embargo, no tiene las dotes interpretativas que sus hermanos, con talento natural para la comedia, y empieza a escribir historias cómicas para sus padres que consigue publicar en la revista La Codorniz a finales de la década de los 40.

En 1956, Mariano Ozores forma parte del personal de Televisión Española cuando empiezan sus emisiones y ahí aprende a escribir guiones y a dirigir. Así es como acaba realizando su primera película, Las dos y media… y veneno, en 1959 protagonizada por sus dos hermanos y produciéndose a sí mismo a través de su compañía La Hispánica con quien haría varias películas en los siguientes años como Salto mortal o La hora incógnita. Pero la quiebra de esta última le hace abandonar la producción al tiempo que dirige el documental Morir en España y es el director de segunda unidad del también documental Franco, ese hombre, género que abandonaría enseguida.

Su verdadero despunte llegaría a medidos de la década de los 60 en que dirige a los mejores actores de comedia de la época como Tony Leblanc, Cassen, Concha Velasco, José Sazatornil, Juanjo Menéndez o la pareja conformada por José Luis López Vázquez y Gracita Morales, que se ponen en sus manos en siete ocasiones: Chica para todo, Operación cabaretera, Crónica de nueve meses, Operación secretaria, Operación Mata-Hari, Objetivo BI KI NI y ¡Cómo está el servicio!

Con los 70 llegarían otros nombres como el de Lina Morgan, José Sacristán, Florinda Chic, Manolo Escobar o Peret además de Paco Martínez Soria a quien dirige en las exitosas y populares Hay que educar a papá, El padre de la criatura, El abuelo tiene un plan, El calzonazos, El alegre divorciado y Es peligroso casarse a los 60.

Aunque el actor al que de verdad le une la década es a Alfredo Landa con quien trabaja en más de una docena de veces en las que coquetea con lo que luego vendría a llamarse el predestape. Cuatro noches de boda, Manolo la nuit, Fin de semana al desnudo, Dormir y ligar: todo es empezar, El reprimido, Tío ¿de verdad vienen de París o Los pecados de una chica casi decente son sólo algunos de los éxitos que cosecharon juntos y que conformaron un tipo de cine muy personal: el landismo.

Tras la muerte de Franco en 1975, la censura se relaja y se produce una catarsis cultural en la que Mariano Ozores se convierte en el adalid del cine del destape, un género caracterizado por un humor picante y grosero, cierto erotismo y desnudos, presupuestos limitados y bastante éxito comercial. Y también en esta etapa de su carrera su cine se liga a dos nombres propios: Fernando Esteso y Andrés Pajares. Con ellos haría Los energéticos, Los bingueros, Yo hice Roque III, Los soplagaitas, Los liantes, Los chulos, Todos al suelo, Padre no hay más que dos, Agítese antes de usarla o La Lola nos lleva al huerto. En muchas ocasiones también les dirige por separado como a Esteso en Queremos un hijo tuyo o El hijo del cura y a Pajares en El liguero mágico o Cristóbal Colón, de oficio descubridor, ésta última, una de las películas más taquilleras de la historia del cine español.

Pero a mediados de los 80, este tipo de temáticas se quedan anticuadas y Ozores empieza a perder el favor del público. Con todo, aún dirigiría Hacienda somos casi todos, Disparate nacional o Marbella Jet Set para, en la década de los 90, realizar algunos trabajos para la televisión como las series Taller mecánico o El sexólogo que fue retirada en medio de la polémica por considerar la cadena pública que promovía el machismo.

Cabeza de una familia ligada siempre al cine, Mariano Ozores nunca dejó de trabajar con sus hermanos. No en vano, a Antonio Ozores le dirigió en 60 ocasiones, y escribió y dirigió en 1966 para José Luis Ozores, ya enfermo de esclerosis múltiple, su última película, Hoy como ayer. Las hijas de ambos, respectivamente, Adriana y Emma Ozores, también son actrices. Casado desde 1957 con la actriz Teresa Arcos Mandi, tuvieron una hija, Teresa, que no se dedica a la actuación.

El cineasta publicó sus memorias en dos ocasiones, en 2002 bajo el título Respetable público y en 2019 como Mis memorias… antes de que se me olviden en las que repasa su carrera en forma de anecdotario, aportando una mirada íntima sobre la industria del cine a lo largo de cincuenta años.

Más reconocido por el público que por la crítica, en 2016 recibió el Goya de Honor «por haber contribuido a llevar a millones de espectadores al cine durante varias décadas» y en 2020 la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.