Cuando España es madrastra

Confieso públicamente que me gustaría saber cuál es la verdadera causa por la que el Rey Juan Carlos no puede residir de manera estable ya en España. ¿Qué extraña fuerza oculta impide al monarca que trajo la democracia y más de cuarenta años de progreso vivir en su país? Si alguien considera que hay anormalidades en la situación actual de Don Juan Carlos, nada mejor que plantearse su estancia definitiva en España y obligarle a ajustarse a las normas que la propia Casa del Rey le quiera imponer. Lo que no se puede es seguir fomentando una nebulosa en torno a su figura. Tengámoslo claro, ya no se puede borrar su trayectoria y personalidad de la vida de nuestra nación, ni se puede reescribir la historia como algunos pretenden, incluido él. Como español pasmado reconozco mi incapacidad para entender a mi país. Esta España, mitad madre y mitad madrastra, que permite a los golpistas ser indultados contra toda lógica jurídica, que se retuerce la ley para avalar con dinero público la sanción de sus fechorías, que coloca en la calle a militantes de ETA que asesinaron a niños, que coloca en actitud genuflexa a servidores del Estado ante los independentistas… y en ese país, el Rey de la democracia, el de la Transición, el del progreso económico y modernización, tiene que regresar a hurtadillas a su país y de manera vergonzante. Algo estamos haciendo mal entre todos. Unos conculcando la lógica de convivencia, otros callando, la mayoría creyendo que esto no va con ellos, y los menos mostrando una inseguridad inexplicable.