«Señales de alarma», sí: en la Moncloa
La izquierda se nos pone estupenda en defensa de la democracia, escamoteando que aquí también está empeorando por obra de un auténtico líder iliberal
Esa prensa global, que se pretende seria y de cejas altas, consigue a veces arrancarte una sonrisilla involuntaria. Con honorable entusiasmo abrían su edición dominical con un informe titulado Señales de alarma para las democracias del mundo. Y en efecto, esa preocupante tendencia está ahí, aunque los horrores de la invasión rusa en Ucrania hayan rebajado las simpatías por los regímenes autoritarios.
El informe del periódico pro Sánchez, copiado de inmediato en sus telediarios por la también zurda TVE, iba acompañado de un sentido editorial, con frases tan certeras –y perogrullescas– como esta: «Las democracias necesitan demócratas al frente, comprometidos sólidamente con su protección».
«Hoy parecen abundar los líderes iliberales», se añadía, poniendo tres ejemplos negativos: Polonia, Hungría e Israel. En fin, consejos vendo pero para mí no tengo...
Me sonreía al leerlo, porque curiosamente, y a pesar de su indudablemente buena voluntad, resulta que se les ha quedado en el tintero un caso paradigmático de líder iliberal: Sánchez. ¿Señales de alarma para la democracia? No hay que cruzar el charco, ni hacerse cruces con Brasil y Washington, aquí tenemos unas cuantas. Veamos:
–El Gobierno del PSOE y Podemos vulnera la división de poderes y acosa a los jueces.
–Es alérgico a la transparencia.
–Manipula en favor de su interés partidario instituciones del Estado que deben servir a todos los ciudadanos, sea cual sea su ideología.
–El Gobierno se sostiene con el apoyo de partidos separatistas abiertamente contrarios al orden constitucional.
–El presidente coarta la libertad de prensa al negarse a hablar en los medios que no son de su órbita. También se les restringe sistemáticamente en las ruedas de prensa su capacidad de preguntar.
–Los partidos del Gobierno no respetan a las minorías y proponen y practican «cordones sanitarios» contra las fuerzas de la oposición.
–El presidente ha sido triplemente condenado por el Tribunal Constitucional por sus abusos contra nuestra legalidad, dos veces por su improcedente estado de alarma y una por intentar sacar adelante una ley mediante un subterfugio que no respetaba los procedimientos.
–La Administración incumple el principio de imparcialidad, primando con descaro a unas regiones en detrimento de otras para pagar las deudas parlamentarias del presidente.
–El actual presidente ganó las elecciones de 2019 con aparatosas mentiras en sus promesas electorales. Además, se hizo con el poder en 2018 sin haber ganado los comicios (de hecho había sido vapuleado en las urnas), y mediante una alianza hasta entonces impensable e inadmisible en la democracia española.
–El PSOE anunció ayer mismo la creación de «un comité contra la desinformación de la derecha». Hasta al propio responsable que lo presentó, el secretario de Organización socialista, se le calentó la boca en un momento dado y reconoció que es algo «increíble en democracia».
–Con una tajante nota en la tarde de un domingo, firmada Presidencia del Gobierno, Sánchez ordenó ayer al Ejecutivo autonómico de Castilla y León que «se abstenga» de aplicar su medida provida de ofrecer a las embarazadas la posibilidad de escuchar el latido del feto y ver una ecografía 4D del mismo. En España se pueden dar golpes de Estado gratis, pero no se pueden adoptar unas medidas voluntarias a favor de la vida.
En efecto, tienen toda la razón El País y TVE: existen claras «señales de alarma para la democracia».
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