Experiencias que marcan

Viví ayer esas experiencias que te marcan y que te hacen ver el poder de una imagen y el carisma de algunos seres humanos, por desgracia cada vez menos.

Soy católico, pero poco practicante, y me tomo la religión que viví de pequeño, tanto en mi casa como en el colegio de curas, a mi conveniencia y, lo reconozco, a mi egoísmo. En resumen, a mi manera.

Siendo muy respetuoso, como es lógico, con la religión católica, reconozco que el anterior Papa Francisco, no era 'santo de mi devoción', no me transmitía nada, es más, con todos los respetos que merece tan alta jerarquía de la Iglesia, me parecía incluso antipático.

Y precisamente ante esta sensación es por lo que ayer, día 8 de mayo, cuando medio mundo, si no entero, estaba pendiente de la Fumata Blanca, experimenté, antes de la aparición en el balcón de la basílica de San Pedro del nuevo Pontífice, una emoción, una inquietud y una sensación que nunca, a mis 69 años tuve. Y cuando León XIV apareció en la logia, solo con su presencia, con los primeros planos de la TV, sin decir aún una sola palabra, me transmitió paz, bondad, serenidad, alegría y un emotivo llanto que solo experimenté el día de la muerte de Juan Pablo II.

Habemus Papam y Dios quiera que por mucho tiempo. Ahora sí creo que los cardenales del Cónclave los inspira el Espíritu Santo.