Cartas al director
Un jardín cercano
Decía Cicerón que si cerca de una biblioteca tenéis un jardín, ya no os faltará nada. Muchos no tenemos un jardín cercano, pero tenemos libros. Con los libros vivimos la vida de los demás, ensanchamos el tiempo y el espacio y nos enriquecemos mental y espiritualmente. También leemos para saber que no estamos solos. Un abolicionista americano dijo que «una vez que aprendas a leer, serás libre para siempre», pero pensamos que no bastará con aprender a leer, será imprescindible ejercitar lo aprendido, incluso adquirir el sano vicio de la lectura. Los libros liberan y agudizan el espíritu crítico. Santa Teresa, que era una monja andariega, muy culta y rebelde, tenía un lema sabio: «Lee y conducirás, no leas y serás conducido». Y nos acordamos siempre del genial Cervantes, tan sabio, que dijo aquello de que «el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho».