Fundado en 1910
José Fernando Martín Cinto

Santa María de Caná

Si hay algo hoy en día por lo que merece la pena luchar es por no encerrarse en uno mismo y dar a conocer el mensaje de Jesús nuestro Señor y que es como está maravillosamente enfocado en Santa María de Caná

Quiero dedicar este artículo a valorar todo el trabajo y dedicación de la Parroquia Santa María de Caná, templo católico situado en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón. Desde el año 1995 empezó a funcionar como tal, con una estructura metálica provisional como iglesia, mientras se decidieron y llevaron a cabo, las obras de construcción del templo, cuyo arquitecto encargado del proyecto fue Don Fernando Higueras. El resultado final fue una iglesia de gran belleza, que se inauguró en el año 1999. Desde el principio y hasta hoy en día, el párroco que se hizo cargo de la iglesia es Don Jesús Higueras, sobrino del arquitecto. Para todos los habitantes de Pozuelo ha sido una bendición el poder tener en Pozuelo una Iglesia como Santa María de Caná.

Desde el principio, y dirigidos con gran eficacia y amor a Dios por Don Jesús Higueras, todos los sacerdotes que han prestado sus servicios en esta parroquia siempre han tenido un grado de ocupación muy alto, con una inmejorable dedicación a toda la colonia de Pozuelo de Alarcón. La verdad es que es impresionante la labor realizada en estos años y a todos los niveles, lo que ha llevado a esta parroquia a ser un verdadero referente desde el ámbito católico en la Comunidad de Madrid. De todas formas, hay varias cosas relacionadas con esta iglesia que quiero remarcar por su importancia para cualquier católico, sea muy practicante o menos practicante y venga de donde venga. Lo primero de todo que llama poderosamente la atención es que en todas las misas que se celebran los domingos, vísperas de domingo y fiestas de guardar están abarrotadas de gente que asiste sin faltar a la celebración cumbre de nuestra Fe, «la celebración de la Eucaristía»; tanto es así, que aunque la Iglesia tiene alrededor de unos 4.000m2, las terrazas exteriores también se llenan, al no haber realmente sitio en el interior. Creo que esto habla por si sólo, de cómo se explica y difunde en este templo la Palabra de Dios y los Evangelios, de los que participan todos los involucrados con el Señor, además de los sacerdotes con su párroco a la cabeza. También llama poderosamente la atención la cantidad de gente joven, comprendidas entre 15 y 40 años, que asisten sin fallar a las celebraciones eucarísticas en Santa María de Caná. A mí me alegra de manera especial, dado la edad que ya tengo, porque aplicando un lenguaje futbolístico, se ve claramente que hay una gran cantera dispuesta a dar la batalla por trasmitir el Evangelio o la Palabra de Dios.

Merece mucho la pena destacar que durante los días laborables de trabajo las misas de todos los días no están tan abarrotadas como las del fin de semana, lógicamente, pero sí, con una presencia importante también, que permite observar que en todos los bancos de la iglesia hay gente asistiendo a misa, tanto mayores como de mediana edad y muchos jóvenes que acuden todos los días a la celebración eucarística.

Hago especial referencia a la juventud, porque es realmente impresionante lo que ocurre todos los jueves del año a las 21h, en la llamada «hora santa», que no es otra cosa que disfrutar de una hora «velando» al Señor, junto con una pequeña meditación sobre las lecturas del domingo. Pues bien, la iglesia esta llena y puedo asegurar que más del 70 % de los que acuden a la vela tiene edades comprendidas entre los 18 y los 30 años, que me parece algo maravilloso de cara al futuro, que haya muchos jóvenes que no dejen de asistir todo el el año, sea primavera o riguroso invierno, a estar una hora con el Señor.

Con estas pinceladas, queda más que aclarada, la inmensa labor que se realiza en esta iglesia, a todos los niveles y a cuyo frente, sigue bien en la brecha, Don Jesús Higueras, que Dios quiera, nos lo conserve mucho tiempo.

Ahora bien , no acaban ahí, las labores de esta parroquia, ya que en cuanto a labor social se refiere, son también de primera división, lo que ha dado lugar a tener que construir un edificio anejo a la parroquia, para desde allí, con muchos más medios, poder atender mejor toda la problemática social muy dura que tenemos y que aflige especialmente a los menos favorecidos, con mención especial a los inmigrantes que nos llegan de tantas partes del mundo.

En esta entrañable parroquia, no sólo para mi, sino para tanta gente deseosa de escuchar la Palabra de Dios, no puedo dejar de señalar que es tanta la actividad y afluencia de gente en todas sus actividades que empieza a ser un referente en su contribución en el Episcopado de la Comunidad de Madrid.

Si hay algo hoy en día por lo que merece la pena luchar es por no encerrarse en uno mismo y dar a conocer el mensaje de Jesús nuestro Señor y que es como está maravillosamente enfocado en Santa María de Caná.

José Fernando Martín Cinto es licenciado en Ciencias físicas