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26 de abril de 2024

San Julián el Hospitalario, en un fresco de Domenico Ghirlandaio

San Julián el Hospitalario, en un fresco de Domenico Ghirlandaio

¿Qué santo celebramos hoy, domingo 29 de enero?

Hoy celebramos la memoria de Julián el Hospitalario, confesor

El tiempo en que vivió Julián –llamado el Hospitalario– y el lugar de su nacimiento nos son desconocidos. Tampoco sabemos cosa alguna de sus padres. Sí conocemos su historia y tal como nos llegó la repito.
Se cuenta que sus negocios le obligaron a ausentarse de su casa un tiempo y a organizar un largo viaje. Nada más regresar, muy contento con el éxito de su gestión, Julián se dirigió a su casa y se encaminó al lecho conyugal con la intención de abrazar a su esposa. Era muy de mañanita; solo acababa de despuntar la aurora. La sorpresa fue mayúscula y el shock interno superior al darse cuenta, en medio de la penumbra, de que no estaba sola en la cama; ciego por la ira segó la cabeza de un tajo con la espada y otro tanto hizo con el cómplice, marchándose como un loco de aquel lugar en su caballo con ánimo de no regresar. No había caminado mucho cuando se encuentra al doblar la calle, envuelta en su manto, a su mismísima esposa que regresaba de la Misa mañanera a la que asistía cada día justo para rezar por él. La sorpresa es indescriptible y la ofuscación, aún mayor. Ella le dijo cómo había recibido la visita de sus suegros, los padres de Julián, y que los había instalado en la mejor estancia y cama de la casa. La palidez de su cara parece indicar un desmayo por el choque de las emociones al descubrir el drama del terrible parricidio. Julián decidió sobre la marcha abandonar el pueblo, dejar sus negocios, huir hasta el fin del mundo y emplear su tiempo en llorar la culpa y expiar el crimen.
Acompañado de su esposa, decidieron caminar mientras pudieran. Tras muchas jornadas de camino, después de atravesar un espeso bosque, llegaron a la orilla de un caudaloso río. Consideraron los dos esposos que aquel lugar era bueno para sus planes expiatorios. Allí construyeron una cabaña para ellos y un amplio cobertizo en el que poder dar albergue a los peregrinos y mendigos ambulantes. Julián se asentó en el lugar como aguador y roturó un trozo de tierra para sacar de ella el sustento diario.
El matrimonio empleaba el día dedicado a los rezos, evitando cualquier clase de pecado; muy felices de comprobar que iba en aumento su amor y que eran útiles a los demás. Los malos pensamientos y el recuerdo del punto negro pasado atormentaba por épocas a Julián y lo sumía en profunda tristeza; era una situación que no conseguía su esposa hacer desaparecer por más que lo intentaba. Lo consiguió un mendigo leproso que un día llamó a la puerta solicitando comida, el abrigo del fuego y el favor de que le pasaran a la otra orilla. Llegados al otro lado del río, aquel personaje que revolvía las tripas con solo verle, tomó el aspecto de un ángel bellísimo que, antes de partir y marcharse, dijo a Julián: «La paz sea contigo, Julián. Tu pecado ha sido perdonado hace mucho tiempo. El mismo nuestro Señor ha querido que yo te lo anunciara. Adiós, o mejor dicho, hasta pronto». Así fue como se despidió.
Pocos días más tarde, Julián y su esposa morían a un tiempo, entrando ambos, cogidos de la mano, al paraíso.

Otros santos del día

Valero, Sulpicio Severo, Potamión, Constancio, obispos; Papías, Sarbelio y Bárbea, Bedaya, Seustio, Mauro, mártires; Julián el Hospitalario, confesor; Radegundis, virgen; Cesáreo (César), diácono; Gildas, Carlos, abades; beato Manuel Domingo y Sol, fundador de la Hermandad Sacerdotal de los Operarios Diocesanos.

Pasos para la canonización

El acto de canonización suele ser por lo general presidido por el Papa, y es una de las ceremonias más importantes de la Iglesia católica. El proceso de canonización se produce tras la muerte del santo y normalmente la petición viene precedida por las siguientes etapas:

  • Postulación: es el proceso por el cual se presenta y se da a conocer la intención de proponer a una persona como santo. Este proceso requiere de datos biográficos y testimonios.
  • Siervo de Dios: iniciación del postulado dentro de proceso de beatificación y declaración como persona vinculada a la Iglesia católica.
  • Venerable: equivale a persona digna de estima y de honor. Asociado a una vida ejemplar y previo a la beatificación.
  • Beatificación: si se prueba la existencia de un milagro relacionado con el venerable se procede a la beatificación.
  • Canonización: si al beato puede atribuirse un segundo (o más) milagros se procede a canonizarle.
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