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This handout made available by The Vatican Media on May 24, 2025, shows Pope Leo XIV greeting a member of the Gendarmeria before his audience with the Roman Curia and Vatican employees at The Vatican. Pope Leo XIV took his message of building bridges and promoting dialogue to the Roman Curia on May 24, in his first audience with members of the Catholic Church's governing body. (Photo by Simone Risoluti / VATICAN MEDIA / AFP) / RESTRICTED TO EDITORIAL USE - MANDATORY CREDIT "AFP PHOTO / VATICAN MEDIA" - NO MARKETING - NO ADVERTISING CAMPAIGNS - DISTRIBUTED AS A SERVICE TO CLIENTS

León XIV saludando a un miembro de la Gendarmería antes de su audiencia con la Curia Romana y los empleados del VaticanoAFP

Vuelve el 'bono cónclave': León XIV sorprende a los empleados del Vaticano con 500 euros extra en sus nóminas

Una tradición que había sido eliminada por el Papa Francisco en 2013 regresa con fuerza para reconocer el esfuerzo realizado durante el exigente periodo de Sede Vacante

500 euros. Eso fue lo que encontraron este mes, como extra en su nómina, miles de empleados del Vaticano, tal y como le han podido confirmar a El Debate fuentes vaticanas que se han podido beneficiar de este ingreso adicional. El motivo: la restitución del 'bono cónclave', una bonificación que reconoce el trabajo realizado durante el intenso periodo de Sede Vacante, que inicia desde el fallecimiento de un Pontífice hasta la elección del sucesor de Pedro.

Se trata de una antigua tradición vaticana que fue eliminada en 2013 por el Papa Francisco, quien decidió destinar ese dinero a los más necesitados. Ahora, León XIV ha decidido recuperarla, en lo que muchos interpretan como un gesto claro hacia los trabajadores, en sintonía con la encíclica Rerum Novarum de León XIII, a la que parece que prestará especial atención durante su pontificado.

Pero la restitución del bono cónclave no es solo un gesto de reconocimiento del nuevo Papa. Llega también en un momento delicado para las finanzas vaticanas, con un déficit que supera los 70 millones de euros y que se arrastra desde hace años. A esto se suma un clima de malestar laboral, alimentado por salarios congelados desde 2008 y crecientes demandas por parte del personal laico de la Santa Sede.

Empleados del Vaticano piden mejoras

Apenas unos días antes del inicio del cónclave, el 30 de abril, la Asociación de Empleados Laicos del Vaticano (ADLV), entidad de trabajadores reconocida por la Santa Sede, denunció públicamente la congelación salarial que arrastran desde hace casi dos décadas.

«Con una base salarial que se ha mantenido invariable desde 2008, el poder adquisitivo de los empleados vaticanos ha disminuido», alertó la ADLV en un comunicado en vísperas del 1 de Mayo, Día del Trabajador, y en plena Sede Vacante.

La asociación también reclamó mayor objetividad en los ascensos y en el reparto de bonificaciones, poniendo en relieve «mecanismos no siempre meritocráticos» y el aumento de las cargas laborales. «Ha llegado el momento», añadieron, de establecer un diálogo serio con las autoridades vaticanas para revisar regulaciones que, aseguran, «ponen de relieve una visión del mundo del trabajo que ya no está actualizada».

El valor del trabajo diario

En este clima de tensión, León XIV quiso enviar una señal clara de reconocimiento. Su primer encuentro con los empleados del Vaticano el pasado sábado en el Aula Pablo VI, estuvo marcado por un discurso cercano, en el que agradeció sinceramente el trabajo de quienes sostienen el funcionamiento cotidiano de la maquinaria vaticana:

«Este primer encuentro nuestro no es ciertamente el momento de hacer discursos programáticos, sino más bien es para mí la ocasión de agradeceros el servicio que prestáis y que yo, por así decirlo, 'heredo' de mis predecesores».

Aunque no mencionó directamente la reciente paga extraordinaria, el Papa sí quiso poner en valor el papel de quienes trabajan en la Curia Romana. Subrayó que su labor contribuye «a mantener viva la memoria de la Sede Apostólica,[...], para que el ministerio del Papa pueda desarrollarse de la mejor manera posible». Y fue más allá, al destacar también la dimensión espiritual del trabajo diario: «Realizando su trabajo cotidiano con empeño y también con fe, porque la fe y la oración son como la sal, dan sabor».

Actualmente, cerca de 5.000 personas trabajan en el Vaticano. De ellas, unas 2.000 lo hacen en la Curia Romana–órganos de gobierno de la Santa Sede– y alrededor de 3.000 en el Gobernación, el organismo encargado de la administración del Estado de la Ciudad del Vaticano. En este último se incluyen perfiles tan diversos como los trabajadores de los Museos Vaticanos, la Biblioteca Apostólica o la farmacia vaticana.

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