Mujer sentada en el inodoro con papel higiénico
Tres elementos clave para acabar con el estreñimiento: lo que sí funciona y lo que no, según la ciencia
Se publican las primeras directrices dietéticas basadas en evidencias para adultos con estreñimiento crónico
El estreñimiento es un trastorno digestivo frecuente que se caracteriza por la dificultad para evacuar o por realizar menos de tres deposiciones a la semana. Por lo general, el estreñimiento crónico no produce consecuencias graves para la salud más allá de problemas anales, especialmente hemorroides y fisuras, pero puede afectar de forma importante a la calidad de vida de quienes lo padecen.
Una correcta alimentación, hidratación y ejercicio son las tras patas sobre las que se basa la ciencia para aliviar los síntomas. Ahora, un grupo de investigadores del King's College de Londres han elaborado las primeras directrices dietéticas basadas en evidencia para adultos con estreñimiento crónico. Los expertos hablan de tres elementos concretos: los kiwis, el pan de centeno y el consumo de agua con alto contenido mineral.
Estas recomendaciones también subrayan que ciertos suplementos, como los de fibra de psyllium, el óxido de magnesio y algunas cepas específicas de probióticos, muestran eficacia en el tratamiento del estreñimiento.
Qué cuestionar
En contraposición, enfoques tradicionales ampliamente promovidos, como las denominadas 'dietas ricas en fibra' sin especificidad o los suplementos de sen –un tipo de laxante natural–, presentan una escasa base científica que respalde su utilidad real.
La Dra. Eirini Dimidi, profesora adjunta de Ciencias de la Nutrición en el King's College de Londres y principal autora del estudio, explica que «una dieta rica en fibra ofrece muchos beneficios para la salud general y ha sido una recomendación habitual para el estreñimiento. Sin embargo, nuestras directrices concluyeron que simplemente no hay suficiente evidencia que sugiera que realmente funciona para el estreñimiento específico» y añade: «En cambio, nuestra investigación revela nuevas estrategias dietéticas que podrían ayudar a los pacientes. Al mismo tiempo, necesitamos urgentemente más ensayos de alta calidad para reforzar la evidencia sobre qué funciona y qué no», señala la doctora.
Kiwi enano
El documento, respaldado por la Asociación Dietética Británica (BDA), se ha publicado de forma conjunta en las revistas especializadas Journal of Human Nutrition & Dietetics y Neurogastroenterology & Motility. Su propósito es renovar en profundidad la forma en que los profesionales sanitarios –médicos, enfermeros y dietistas– abordan el tratamiento del estreñimiento crónico en el ámbito clínico. Asimismo, se espera que las nuevas directrices sirvan como herramienta útil para los propios pacientes a la hora de gestionar sus síntomas mediante cambios en la alimentación y el estilo de vida.
La Dra. Dimidi, asegura que «el estreñimiento crónico puede tener un gran impacto en la vida cotidiana. Por primera vez, hemos proporcionado orientación sobre qué enfoques dietéticos podrían ser realmente útiles y qué consejos dietéticos carecen de evidencia. Poder mejorar esta afección mediante cambios en la dieta permitiría a las personas autogestionar mejor sus síntomas y, con suerte, mejorar su calidad de vida».
Las recomendaciones, además, se han formulado teniendo en cuenta no solo la frecuencia y consistencia de las deposiciones, sino también otros indicadores clave como el esfuerzo necesario y la percepción subjetiva de bienestar, lo que permite un enfoque más adaptado a las necesidades concretas de cada paciente.
Por su parte, el profesor Kevin Whelan, coautor del estudio y catedrático de Dietética en el King's College, expresó: «Esta nueva guía supone un paso prometedor para capacitar a los profesionales de la salud y a sus pacientes para controlar el estreñimiento mediante la dieta. Esto significa que, a partir de ahora, las personas que sufren de estreñimiento en todo el mundo podrán recibir consejos actualizados basados en la mejor evidencia disponible para mejorar sus síntomas y su bienestar. Con la investigación continua, tiene un gran potencial para impulsar mejoras duraderas en la calidad de vida».