El lugar donde más tiempo pasamos a lo largo del día suele ser nuestra casa. Por ello, esta debe ser confortable para que nos sintamos a gusto y esto influya positivamente en nuestra salud física y mental.
Una herramienta para encontrar ese equilibrio es el feng shui. Se trata de un antiguo sistema filosófico chino que trata de buscar la ocupación consciente y armónica del espacio para que influya de manera positiva. Colocar los muebles de una u otra manera puede, según esta creencia, alterar la manera en que fluye la energía y fomentar así que se atraiga la prosperidad y la salud.
Según Cristina Vilches, experta en feng shui y directora de Abretealcambio, «cada objeto, textura, o material que colocamos en nuestros espacios es una extensión nuestra, por ello se hace imprescindible la colocación consciente y la realización del orden en nuestros espacios, y así provocar un aumento vibracional y, por ende, un cambio positivo emocional».
Vilches recomienda redecorar la casa de golpe, «sin poner resistencias a los cambios» y continuar el proceso de forma progresiva «desde la meditación de lo que quieres que entre en tu vida y en tus espacios». Sin embargo, matiza que cada persona «debe fluir y respetar su proceso. Lo recomendable es realizarlo de una vez porque si no no desecharemos nunca los objetos y podemos tardar mucho en la reorganización y armonizado».
Es recomendable redecorar la casa de golpe, sin poner resistencias a los cambiosCristina VilchesExperta en 'feng shui'
Siguiendo las normas del feng shui, podemos aplicar estas sencillas claves que nos ayudarán a iniciarnos en esta ciencia ancestral:
Prohibidos los espejos en el dormitorio
Estos dan sensación de amplitud y luminosidad, pero generan un rebote de energía que puede ser perjudicial a la hora de conciliar el sueño. Por eso, son más recomendables en otras estancias como el salón o el pasillo. Si lo que tenemos es un armario con espejos que no se pueden quitar, lo mejor será taparlos.
Posición de la cama
Se recomienda no tener el cabecero de la cama en una pared en la que no haya una ventana ni una puerta y es importante no colocarla esquinada, para así poder acceder a ella por ambos lados. De la misma manera, los pies de la cama no deben estar alineados con la puerta. Esto se llama «posición de la muerte» porque a los muertos se les coloca con los pies hacia la puerta para facilitar su salida. Asimismo, la distribución de los muebles debe ser equilibrada y es recomendable tener dos mesillas iguales a ambos lados de la cama.
Baño
Hay que mantener la puerta del cuarto de baño cerrada siempre. Asimismo, los expertos en este arte aconsejan evitar que esta esté enfrentada a la puerta principal de la casa, ya que puede producir el desgaste de nuestras relaciones. Tampoco debe estar frente a la cocina, puesto que podría repercutir en nuestra prosperidad. Otro dato importante es mantener la tapa del inodoro bajada y los desagües tapados, ya que si no la energía se irá por estos conductos.
Los cuchillos, al cajón
Existen objetos de decoración para colocar los utensilios de cocina y que estén a la vista, facilitando su alcance cuando se necesiten. Esto no es recomendable, según el feng shui. Los cuchillos cortan y son peligrosos y negativos, por lo que lo mejor es guardarlos en el cajón.
Todos los espacios del hogar necesitan una energía viva, y las plantas son un ejemplo fácil y natural. Dependiendo de dónde se coloquen, pueden atraer riqueza, suerte o amor. Se desaconseja, no obstante, optar por los cactus y todas las plantas picudas y punzantes puesto que «empobrecen las estancias».
A evitar
Gloria Ramos, experta en Feng Shui clásico e interiorismo, recomienda evitar algunos objetos que pueden ser perjudiciales para la energía de la casa. Entre ellos se encuentran algunos muy habituales en cualquier hogar, como las fotos de familiares y amigos. De la misma forma, aconseja que nos deshagamos de los aparatos electrónicos en el dormitorio y de los muñecos o la decoración infantil.
La especialista hace hincapié en que evitemos el exceso de decoración y «eliminemos todo aquello que sobre, esté en mal estado o que nos mantiene anclados al pasado».