Los problemas relacionados con la alimentación son enfermedades médicas graves con una
influencia biológica que se caracterizan por alteraciones graves de las conductas alimentarias, tal y como recoge el
National Institute of Mental Health. Los más frecuentes son la anorexia, la bulimia, los atracones o los trastornos por evitación y restricción de la ingesta de alimentos. Sin embargo, desde hace un tiempo se da, especialmente entre los jóvenes, un nuevo desorden llamado 'drunkorexia' o alcohorexia.
El término proviene de la combinación del término inglés drunk (borracho) y el sufijo '-orexia', procedente del griego órexis, que significa apetito. Este consiste en una serie de comportamientos «donde se abusa del alcohol, que suma una cantidad importante de calorías, y se deja de comer alimentos sólidos con el fin de no aportar más calorías para no engordar», según define a Infosalus Alfonso Méndez, psicólogo y psicoterapeuta director de la Unidad de Obesidad y Sobrepeso del Instituto Centta (Madrid).
Esta dolencia suele afectar especialmente a chicas jóvenes, de entre 16 y 24 años, y tiende a estar acompañado de otro trastorno psicológico, como la anorexia.
Tratamiento
Es importante que las personas que sufran este trastorno
se sometan a tratamiento de inmediato, pues los daños físicos y emocionales pueden ser irreversibles. La psicóloga
Desirée Urbano explica que esas grandes cantidades de alcohol en el organismo pueden causar «deterioro de los órganos, siendo el hígado el más propenso a dañarse por una cirrosis». Asimismo, añade que también puede causas daños en el sistema nervioso y el corazón.
En el tratamiento deberán intervenir, según las recomendaciones de
Fundación Instituto Spiral, un
psicólogo –para tratar la adicción, los problemas asociados y la pauta errónea adquirida–, un
nutricionista para restaurar el equilibrio nutricional perdido y un
médico de cabecera.