A partir de los 40 años, el organismo atraviesa una transición que afecta a su capacidad natural de protección

A partir de los 40 años, el organismo atraviesa una transición que afecta a su capacidad natural de protección

Siete antioxidantes que hay que tomar a partir de los 40 años

A partir de los 40 años, el organismo atraviesa una transición silenciosa que afecta a su capacidad natural de protección. La producción de glutatión –uno de los principales escudos antioxidantes del cuerpo– comienza a descender, aumenta el daño oxidativo acumulado y los procesos de reparación celular se ralentizan.

La piel, la visión, el metabolismo y el sistema cardiovascular son algunos de los primeros sistemas en notar estos cambios. No se trata únicamente de «envejecer», sino de cómo el cuerpo gestiona la energía, el estrés y la inflamación de bajo grado.

En este contexto, los antioxidantes ganan protagonismo y se posicionan como un apoyo clave para mantener la vitalidad y proteger las células frente al desgaste biológico. La firma española Pleniage, especializada en suplementos vinculados al NAD+, resume este proceso en siete elementos esenciales.

1. Glutatión

Considerado el «maestro antioxidante», contribuye a la defensa celular frente al daño oxidativo y participa en procesos de detoxificación. Sus niveles tienden a disminuir con la edad, lo que reduce la capacidad de respuesta del organismo.

2. NAC (N-acetilcisteína)

Actúa como precursor del glutatión y ayuda a mantener sus reservas. Su presencia favorece los mecanismos antioxidantes y la neutralización de radicales libres.

3. Astaxantina

Es uno de los antioxidantes más estudiados por su potencia. Diversas investigaciones la vinculan con la protección frente al daño oxidativo, el apoyo a la salud ocular y la modulación de procesos inflamatorios de bajo grado.

4. Luteína

Relacionada con la salud de la retina, contribuye a filtrar la luz azul y a reducir el riesgo de deterioro visual asociado a la edad, especialmente la degeneración macular.

5. Licopeno

Presente de forma natural en alimentos como el tomate, se asocia a la protección cardiovascular y a la reducción de la oxidación lipídica, un proceso que tiende a intensificarse con los años.

6. Extracto de granada

Rico en polifenoles, destaca por su capacidad antioxidante y por su papel en la protección vascular. Se investiga su impacto en la salud del corazón, la piel y el metabolismo.

7. Coenzima Q10

Elemento clave en la producción de energía celular, especialmente en las mitocondrias. Sus niveles disminuyen progresivamente con la edad, lo que influye en la percepción de vitalidad y en el rendimiento celular.

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