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El miedo al trabajo puede afectar tanto física como psíquicamente a la persona que lo experimenta

Ergofobia

Ergofobia o miedo al trabajo: ¿cómo afrontar este problema a la vuelta de vacaciones?

La ergofobia es el miedo irracional que puede experimentar una persona ante los distintos aspectos laborales a los que debe enfrentarse una persona a lo largo de su día

La cuenta atrás para la vuelta a la realidad ha comenzado ya para muchos. Poco a poco decimos adiós al mes de agosto y damos la bienvenida a septiembre para afrontar un nuevo curso tras las vacaciones de verano. Es normal que a la vuelta experimentemos cierto síndrome posvacacional pero, por norma general, sus incómodos síntomas desaparecen antes de que finalice la semana de reincorporación. Sin embargo, hay personas que pueden pasarlo realmente mal en el momento de su reincorporación.
Estamos hablando de las personas que padecen ergofobia que, como explican desde el Instituto Psicológico Cláritas, se define como el miedo irracional ante distintos aspectos laborales, ya sea antes de la jornada laboral, durante o después. «En la mayoría de los casos la persona experimenta malestar en el ámbito laboral, y en algunos casos este malestar es tan intenso que impide que realice de manera natural y adecuada sus tareas», explican.
La ansiedad o el estrés por motivos laborales es bastante común. Sin embargo, la ergofobia va más allá y se considera una patología en sí, ya que puede afectar a la calidad de vida del individuo que la padece de forma significativa. Entre sus síntomas más habituales encontramos:
  • Angustia al aproximarse el inicio de la jornada laboral, que puede ir asociada a respiración acelerada, taquicardia, sudoración excesiva, sensación de ahogos o sequedad en la boca.
  • Malestar físico, como dolor de estómago, de cabeza, tensión muscular... sin razón aparente.
  • Pensamientos recurrentes y negativos sobre el trabajo fuera del horario laboral.
  • Problemas de sueño
  • Pérdida o dificultad de mantener la concentración en el trabajo.

Causas

¿Y qué puede ocasionar el miedo al trabajo? Lo cierto es que las causas de esta patología pueden ser muy diversas y puede aparecer por las características propias del individuo, por las relaciones personales que establece o por cómo se relaciona con una situación concreta. No obstante, como señala Juan Corbin, especialista en psicología de empresas y recursos humanos, en su blog, la ergofobia también puede surgir tras una o varias experiencias traumáticas en el trabajo, como las burlas de los compañeros; tener una personalidad ansiosa o padecer algún trastorno del estado de ánimo; padecer otros miedos, como a ser rechazado; y por factores genéticos.
Con todo, la ergofobia tiene solución siempre y cuando recibamos la ayuda necesaria. Así, cuando la persona sea consciente de su problema es importante acudir a un psicólogo para que este puede hacer el diagnóstico y decida cuál es el mejor tratamiento. Corbin señala que «la Terapia Cognitivo Conductual ha mostrado ser muy efectiva para el tratamiento de fobias, ya que incluye una serie de técnicas que ayudan a superar la patología».
Del mismo modo, desde el Instituto Cláritas señalan que en el proceso psicoterapéutico se hará especial hincapié en tres aspectos básicos:
  • Los pensamientos, tratando de trabajar en aquellas ideas irracionales y miedos anticipatorios que nos impiden desempeñar nuestro trabajo con normalidad.
  • Técnicas de relajación, para prevenir y evitar la acumulación de estrés.
  • Experimentación positiva y exposición, para enfocar la mirada no solo en los errores cometidos sino, también, en los logros conseguidos.

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