¿Es buena idea retirar la piel cuando nos pelamos por una quemadura solar?

En verano nuestra piel puede verse afectada de forma más intensa por los rayos solares, ya que debido a las altas temperaturas vestimos con prendas más ligeras y hacemos muchos planes al aire libre. Es, además, la época perfecta para ir a la playa o a la piscina y tostar nuestra piel para conseguir ese bonito bronceado. Por todo ello, es muy importante protegerse, usar cremas solares y evitar las horas más calurosas.

Entre las afecciones más comunes causadas por el sol se encuentran la deshidratación, la exacerbación de condiciones como el acné y, como no, las quemaduras solares.

Quemaduras solares

Una quemadura solar es una reacción inflamatoria aguda de la piel causada por una sobreexposición a la radiación ultravioleta (UV), principalmente del tipo UVB, aunque los rayos UVA también contribuyen al daño. Cuando la radiación penetra la epidermis, provoca lesiones directas en el ADN de las células cutáneas y genera radicales libres que dañan proteínas y membranas. El sistema inmunitario responde enviando más flujo sanguíneo a la zona afectada, lo que explica el enrojecimiento (eritema) y el aumento de temperatura en la piel.

En las horas posteriores, las células dañadas pueden liberar sustancias inflamatorias como prostaglandinas y citocinas, que producen dolor, hinchazón y, en casos graves, ampollas. El daño celular también activa mecanismos de reparación o, si el daño es irreparable, induce apoptosis (muerte celular programada), lo que lleva a la descamación característica días después. Aunque los síntomas remitan, la piel conserva memoria del daño, acumulando mutaciones y aumentando el riesgo de fotoenvejecimiento prematuro y cáncer cutáneo a largo plazo. Por eso, incluso una sola quemadura solar intensa puede tener consecuencias permanentes para la salud de la piel.

¿Y por qué nos pelamos tras una quemadura?

Cuando te pelas tras una quemadura solar, lo que está ocurriendo es un proceso de renovación y reparación de la piel.

A medida que esas células muertas se acumulan en la capa superficial, la piel las desprende en forma de escamas o láminas. Este «pelado» es, por tanto, una forma de eliminar tejido que ya no es funcional y sustituirlo por nuevas células sanas que se forman en las capas más profundas. Durante este proceso, la piel suele estar más sensible, seca y vulnerable a infecciones o a otra quemadura, por lo que es fundamental mantenerla hidratada, evitar rascar o arrancar la piel suelta y protegerla del sol hasta que se recupere por completo.