Estimulación Transcraneal por Corriente Directa
Tratamientos
Qué es la estimulación cerebral y cómo ayuda a tratar la depresión, el dolor crónico y el ictus
La Neuromodulación ofrece una alternativa segura, indolora y científicamente validada para pacientes que no responden a tratamientos convencionales
La Neuromodulación no Invasiva es una alternativa terapéutica segura, sin dolor y avalada científicamente para abordar distintas enfermedades neurológicas y psiquiátricas. El Hospital Universitario La Luz, perteneciente al grupo sanitario Quirónsalud, ha inaugurado un programa, dirigido por el doctor David Pérez Martínez, responsable del Servicio de Neurología del centro madrileño, que se orienta especialmente a pacientes que no obtienen resultados satisfactorios con los tratamientos farmacológicos convencionales.
Entre las técnicas empleadas destaca la Estimulación Transcraneal por Corriente Directa (tDCS, por sus siglas en inglés), una herramienta terapéutica que ha ganado popularidad en el ámbito clínico por su simplicidad, eficacia y elevado perfil de seguridad. Este método ha demostrado buenos resultados en una amplia variedad de trastornos. Las aplicaciones con mayor respaldo científico abarcan desde la depresión resistente a fármacos hasta el dolor neuropático crónico, pasando por la fibromialgia, la rehabilitación motora y del lenguaje tras un ictus, la migraña crónica o el deterioro cognitivo leve. Asimismo, existen ensayos en marcha que sugieren beneficios potenciales en la enfermedad de Parkinson, el trastorno por déficit de atención (TDAH), el insomnio crónico y los acúfenos.
«En pacientes con depresión que no mejoran con medicación, hemos observado cómo la neuromodulación puede restablecer el estado de ánimo y recuperar la funcionalidad», afirma el doctor Pérez Martínez quien añade: «En casos de dolor crónico, algunos pacientes han podido reducir notablemente su consumo de analgésicos. Y en personas que se recuperan de un ictus, hemos visto una aceleración clara en la recuperación del habla y el movimiento».
En qué consiste la técnica
El especialista detalla que esta técnica «consiste en aplicar estímulos eléctricos o magnéticos muy leves a través de electrodos colocados en el cuero cabelludo; sin necesidad de cirugía ni implantes». Subraya además que la corriente utilizada no produce dolor ni efectos adversos relevantes, siendo lo más frecuente que el paciente experimente una leve sensación de cosquilleo o picor pasajero en la zona de aplicación.
La corriente utilizada no produce dolor ni efectos adversos relevantes
Una de las ventajas principales de la tDCS es su compatibilidad con otros tratamientos. «Lo habitual es combinarla con medicación, psicoterapia, fisioterapia o estimulación cognitiva, dependiendo del caso. La evidencia indica que el abordaje multimodal es más eficaz que cualquier tratamiento por separado», sostiene el jefe del Servicio de Neurología.
Desde el Hospital Universitario La Luz se apuesta por una atención integral en la que la neuromodulación no se considera una herramienta aislada, sino parte de un plan terapéutico global y personalizado. «Entendemos la neuromodulación como una pieza más de un tratamiento global y personalizado, en el que participan neurólogos, psiquiatras, fisioterapeutas, neuropsicólogos y personal de enfermería», apunta el doctor Pérez.
La selección de pacientes se realiza conforme a criterios específicos que incluyen un diagnóstico bien establecido y la falta de respuesta a terapias previas. También se valoran aspectos relacionados con la seguridad, como antecedentes de crisis epilépticas o la presencia de implantes metálicos en el cráneo. «Aunque la técnica es segura, hay que individualizar siempre. La neuromodulación no se aplica de forma aislada, sino en el marco de un plan terapéutico diseñado a medida», aclara el especialista.
Perspectivas futuras
El desarrollo de dispositivos más modernos ha contribuido a la expansión de estas terapias. «Actualmente contamos con dispositivos más cómodos, precisos y seguros, y los protocolos de estimulación son más personalizados que nunca. Además, se están desarrollando equipos portátiles para su uso en casa bajo supervisión médica, lo que abrirá la puerta a nuevas formas de tratamiento domiciliario», asegura el doctor Pérez.
De cara al futuro, el neurólogo anticipa que el empleo de inteligencia artificial y técnicas de neuroimagen funcional permitirán adaptar las sesiones de estimulación en tiempo real, basándose en la respuesta cerebral individual. «Estamos entrando en una etapa apasionante de la neurociencia clínica. Las terapias serán cada vez más eficaces, individualizadas y accesibles», concluye.