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28 de abril de 2024

Mejoras en la productividad y eficiencia operativa de la industria ayudan a evitar el desperdicio

Servir porciones más pequeñas y aprender a almacenar bien los productos puede reducir nuestro desperdicioEFE

Desperdicio alimentario

Cinco consejos para dejar de desperdiciar comida en casa

El desperdicio de comida se ha convertido en una de las principales fuentes de ineficiencia de la cadena alimentaria a nivel global. Diversos estudios calculan que un tercio de los alimentos que se producen en el mundo acaban de manera innecesaria en la basura, con el consiguiente impacto económico y medioambiental que esto supone. Eurostat estima que los españoles despilfarraron 90 kilos de comida de media en 2021, siendo los consumidores responsables de una tercera parte de esta pérdida.
Para combatir esta problemática, la Comisión Europea ha encargado a un grupo de 150 ciudadanos la elaboración de un listado de recomendaciones que influirán en la iniciativa legislativa sobre el tema que Bruselas prevé presentar el próximo verano. En la primera sesión del panel participativo, celebrado a mediados de diciembre en Bruselas, la directora del Área de Investigación del Consejo Europeo de Información Alimentaria, Betty Chang, ofreció una serie de consejos que pueden ayudar a reducir el desperdicio en nuestros hogares:
  • Realizar la lista de la compra antes de acudir al supermercado, comprobando lo que ya tenemos en casa para evitar comprarlo de nuevo. Esta se puede hacer fácilmente a través de aplicaciones online, que suelen incluir información sobre recetas de temporada.
  • Planificar con antelación el menú de la semana para saber con tiempo qué alimentos necesitamos adquirir.
  • Cuando acudamos al supermercado, es conveniente evitar comprar más de lo que necesitamos. Por ello, es preferible adquirir una unidad y no recurrir a ofertas de 2x1 en productos que podrían acabar en la basura.
  • Reducir nuestro desperdicio requiere tiempo y conocimiento –para gestionar los alimentos que tenemos en casa– y recursos –un buen equipamiento de electrodomésticos resulta esencial–.
  • Servir porciones más pequeñas al cocinar y aprovechar para más adelante lo que no hemos consumido.
No obstante, reducir este despilfarro es responsabilidad de todos los eslabones de la cadena alimentaria –incluidos fabricantes, hosteleros y distribuidores– y de la acción legislativa de los propios Gobiernos nacionales. La investigadora del Consejo Europeo de Información Alimentaria puso encima la mesa algunas propuestas para estos actores que podrían ayudar en este propósito:
  • Realizar campañas de concienciación para que la población conozca bien la diferencia entre la fecha de caducidad –momento hasta el cual el alimento puede consumirse de forma segura– y la fecha de consumo preferente –momento hasta el cual conserva la calidad prevista– en el etiquetado de los productos.
  • Ofrecer más baratos los productos que están próximos a su fecha de caducidad y aquellos alimentos que no son estéticos, como frutas o vegetales con un tamaño diferente al estándar. Esto estimula a los consumidores a adquirirlos y se evita que los supermercados los tiren al vertedero.
  • Ofrecer formación en las escuelas sobre cómo almacenar los alimentos en el hogar y reducir los residuos alimentarios. La falta de experiencia lleva a los adultos jóvenes a desperdiciar más.
  • Facilitar que los clientes se puedan llevar un táper de los restaurantes con los restos de comida que han dejado para consumirla más adelante.
Chang considera que «la ciudadanía necesita motivación para prevenir el desperdicio alimentario», ya que en ocasiones se considera que «productos con un precio tan barato no merecen ese esfuerzo». Para combatir esta lacra, Francia ha optado por sancionar a las cadenas de distribución que desperdicien, mientras que Dinamarca ha intentado «relajar el sistema de etiquetaje» permitiendo que los supermercados vendan alimentos cuando la fecha de caducidad ya ha expirado.

La ley española se votará en 2023

El Consejo de Ministros aprobó el pasado mes de junio un proyecto de ley contra el desperdicio alimentario que se encuentra actualmente en trámite parlamentario.
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha declarado que espera que el proyecto pueda aprobarse y entrar en vigor en el primer semestre de 2023.
La futura nueva ley no establece obligaciones ni sanciones para los ciudadanos por el uso que hacen de los alimentos en sus domicilios. Por el contrario, sí contempla multas de hasta 500.000 euros para los agentes del sector agroalimentario, desde el eslabón primario y las industrias a la distribución y la hostelería.
El proyecto les obliga a todos a contar con un plan de prevención para minimizar las pérdidas de alimentos y actuar para evitarlo priorizando se destine la cantidad sobrante al consumo humano.
Además, las empresas de hostelería deberán facilitar al consumidor que pueda llevarse, sin coste adicional alguno, los alimentos que no haya consumido, salvo en los establecimientos tipo bufé libre o similares.
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