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19 de abril de 2024

De i. a d., María Calvo, Luisa González, Isabel Rojas, Mónica López y Ángel Expósito

De i. a d., María Calvo, Luisa González, Isabel Rojas, Mónica López y Ángel ExpósitoEvelio Jiménez

Foro de NEOS

Maternidad, familia y defensa del hombre: el «otro feminismo» toma la palabra en el Auditorio Mutua Madrileña

Cuatro mujeres moderadas por el periodista Ángel Expósito exponen su visión sobre diversos asuntos en el acto Mujeres de verdad organizado por Neos

«La política oficial no nos va a enseñar qué es ser feminista». La idea fuerza de la última jornada del Ciclo de Conferencias de la plataforma Neos, titulada Mujeres de verdad, la glosó en la tarde de este lunes el periodista Ángel Expósito cuando introdujo en el Auditorio Mutua Madrileña a las cuatro invitadas a exponer su visión de lo que significa ser mujer. O, mejor dicho, a reivindicarla.
Mónica López, bioquímica; Isabel Rojas, psicóloga y periodista; Luisa González, médico; y María Calvo, profesora universitaria, se dieron cita bajo la conducción de un Expósito idóneo para el encargo (acaba de publicar una colección de relatos titulada Mi abuela sí que era feminista) para indagar en asuntos de actualidad y encontrar el nexo común de muchos de ellos en el cambio de paradigma sociopolítico impulsado desde las instituciones en los últimos años.
Comenzó haciendo cada una breve introducción de estilo libre sobre su vida, su línea de pensamiento o sus inquietudes. López, experta en el campo de la oncología molecular e implicada en proyectos de ayuda humanitaria, subrayó la importancia de la bioética en la defensa de la vida (tanto la del nasciturus como la de la mujer), llamó la atención sobre los posibles riesgos de la fecundación in vitro (FIV) y la gestación subrogada y lamentó la falta de ayudas a la conciliación, entre otras carencias. Rojas, por su parte, enfatizó la diferencia –«por la forma de ver la vida, por cómo nos afectan las cosas…»– entre hombres y mujeres, a la vez que recalcó la complementariedad entre ambos sexos. González, a continuación, criticó un «materialismo sanitario» que menoscaba la «cultura del cuidado» y vinculó una «digitalización excesiva que hace que vivamos la vida de otros» con los problemas para la salud mental que este apego a las pantallas puede repercutir. Y Calvo, por último, entonó un sentido homenaje a los hombres como inculcadores de las libertades y a la vez responsables del desarrollo de la mujer a lo largo de su vida.
Hechas las presentaciones, Expósito lanzó dos preguntas a las presentes. «¿Se está negando la ciencia con los acontecimientos políticamente correctos de los últimos meses?», deslizó en primer lugar, en referencia a leyes como la trans o la del aborto. «No todo lo científicamente posible es éticamente aceptable», apuntó López, una afirmación que completó la médico González al calificar como «anticiencia» cuestiones como la «reasignación de sexo en menores», o la eutanasia –«no es medicina acabar con la vida de las personas»–. Por su parte, Calvo y Rojas coincidieron en su diagnóstico: «No se está enseñando la diferencia psicológica entre mujeres y hombres; es algo que se niega».

Demonización del hombre

La siguiente pregunta la encauzó el periodista por «el nuevo discurso en el que el hombre es el enemigo». Las cuatro invitadas se lanzaron a hacer una defensa a ultranza de la masculinidad, y alguna, como Calvo, no dudó en definir como «misandria» el relato irradiado desde ciertos sectores. «Desde el punto de vista jurídico, lo tenéis complicado», dijo esta profesora de Derecho Administrativo tras enumerar el rosario de leyes de reciente aprobación, como la del aborto o la de la protección integral de la infancia y la adolescencia, que «no tienen en cuenta al hombre». Convergió con ella López al decir que «la legislación refleja que el hombre está excluido o relegado de muchos escenarios». «A día de hoy, el hombre está acongojado, en consulta lo vemos mucho. La mujer está tan empoderada que a él le cuesta enfrentarse a ella», apuntó la psicóloga Rojas.
El acto concluyó con una reivindicación de valores –o «virtudes», como gusta más decir a Calvo y González– «que dan sentido a la vida» y que, hoy en día, parecen diluidos. Tras ensalzar la maternidad –«no hay nada que pueda compararse con ello para una mujer», dijo López– o la familia como faro ante las dudas existenciales o identitarias, las cuatro mujeres instaron a abrazar esos principios cristianos que encarnan, a fin de cuentas, «las raíces de la civilización occidental».
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