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Elena Ramallo, experta en violencia contra las mujeres y los menores y víctimaCedida

La experta y víctima de violencia machista que rechazó a Igualdad: «Nos matan porque no quieren tomar medidas»

Ramallo tiene claro que no va a enfrentar «nunca» a los hombres y a las mujeres porque, según su criterio, esa «no es la solución»

«He renunciado a ir al Ministerio de Igualdad». La coruñesa de 51 años, Elena Pilar Ramallo, experta en violencia contra la violencia de las mujeres y los menores, nominada a los Premios Princesa de Asturias por su estudio, doctora de Derecho e investigadora desde hace años, ha sido la única persona que ha dicho «no» a trabajar mano a mano con un ministro. Y es que, para poder compartir mesa con Ana Redondo, tenía que renunciar a sus principios y a todos los estudios que había realizado sobre la violencia machista.

«Nos matan porque no les interesa tomar medidas. Que no se produzcan asesinatos es imposible, pero reducirlos y minimizar la angustia, el miedo y las situaciones que viven las mujeres se podría mejorar», señala. En este sentido, comenta a El Debate en una llamada, hay «muchísimo margen de mejora». Sin embargo, «Igualdad no lo quiere ver» porque para ello, tendrían que haber estudiado el tema profundidad", y no es el caso.

Hace poco, la ministra de Igualdad, Ana Redondo, llamó a Ramallo por el currículo excelente que tiene para que, según pensaba la protagonista, se hiciese algo al respecto. Por primera vez, explica, un político se había puesto en contacto con ella para llevar a cabo y plantear «prácticas útiles para las víctimas». No obstante, nada pareció lo que era. La nominada le propuso a la titular de la cartera medidas y una propuesta para mejorar la situación, pero no obtuvo respuesta.

Una cosa que tiene clara Ramallo es que no va a enfrentar «nunca» a los hombres y a las mujeres porque, según su criterio, esa «no es la solución», de hecho, es «un gran error». Así, piensa, que no es lógico que hagan pensar a la sociedad, que los chicos son todos malos, son los violadores, unos abusadores, unos machistas, «porque no es así», es «una lucha de todos», considera.

Al hilo, asevera que estamos «en un momento político extremadamente complejo», puesto que «no les interesa nada» la situación que viven los ciudadanos. Al margen del tema de la violencia machista –no dice de género porque no cree en el género– la protagonista ve en los colegios de sus hijas la situación de la educación y como ha ido degradándose la falta de valores, la falta de principios y la falta de esfuerzo.

Las mentiras del PSOE

Cuando se constituyeron las Cortes, Cristina Narbona, que es la presidenta del PSOE, manifestó su deseo de que en la violencia –tema que decía ser primordial para su parido– iba a haber expertos, algo que se había echado en falta siempre. En ese momento se abrió una pequeña esperanza. Sin embargo, se conformó el Ministerio de Igualdad y «no pusieron a nadie, absolutamente nadie», que tuviese idea de violencia sobre las mujeres ni sobre los menores.

Entre el Gobierno, asegura, hay mucho desconocimiento. El problema aparece cuando además de la ignorancia, no hay interés en desarrollar «ningún plan integral a nivel nacional», que es lo que la doctora planteaba. Así como la coordinación conjunta de tres ministerios concretos para que se llevase a cabo un seguimiento de violencia del Congreso. Esto no ha sido posible, porque las personas que están en el Plan de Estado «no tienen ni idea de lo que se da en la realidad» y tampoco la han querido escuchar.

Yolanda Díaz tiene el valor de decir que es feminista, cuando no es verdad, es una mentiraElena Pilar Ramallo

En la misma línea, Ramallo le pidió a Carmen Calvo, antes de que la nombrasen presidenta del Consejo de Estado, que a través de la Comisión de Igualdad le dejasen ir al Congreso para dar voz a todas las mujeres, pero no lo aceptaron. «¿Cómo es posible que la Comisión de Igualdad del Congreso no quiere escuchar a una de sus mejores expertas para adoptar las medidas que eviten los asesinatos? Entonces lo que me trasladan es que es todo mentira», asevera.

Por otro lado, ha intentado por activa y por pasiva contactar con Yolanda Díaz, pero esta no les ha querido recibir nunca. En este sentido, tanto la afectada como el Consejo Nacional aseguran haberle mandado cartas y no ha hecho caso. «Para nosotros es muy importante que se recojan nuestros derechos», detalla. Y es que, considera, lo primero que necesita una mujer, además de protección, es un trabajo para ser independiente. Con todo esto, «tiene el valor de decir que es feminista, cuando no es verdad, es una mentira», recalca.

Al hilo, denuncia que desde los partidos no saben qué hacer y no buscan soluciones. Así, argumenta que los derechos de las mujeres «no son ni de la izquierda ni de la derecha», y pide al Partido Popular, que se dé cuenta de que ellos tienen también la obligación. Por lo que si mañana gobierna «tiene que defender estos derechos».

Carga contra la ley trans de montero

«Si no existe el concepto sexo no existe la igualdad», porque el feminismo de verdad es la lucha de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, aclara la investigadora. Si el concepto sexo no existe, «todas las leyes de igualdad decaerían de por sí».

En este sentido, aclara Ramallo, el hecho de que una persona en tres meses pueda cambiar su asignación de sexo y registralmente siendo un hombre pueda ser una mujer, permite que un agresor pueda cambiar su asignación de sexo y matar a una mujer sin que se le apliquen los castigos de la Ley de violencia machista. Es decir, no se puede aplicar porque en realidad registrada no es un hombre. «Nosotros queremos que esto cambie, pero el ministerio no», ya que las palabras de la ministra han sido muy claras: «Cualquier persona que no acepte la ley trans no puede estar en el Ministerio, porque el feminismo y la diversidad no tienen nada que ver».

Del mismo modo, muchas de las medidas que ha implantado el Ministerio de Igualdad son «parches». Uno de ellos es VioGen. La víctima vive en Bergondo, un pueblo de La Coruña de casi 7.000 habitantes. Al ser de una localidad pequeña, rural, los casos no entran en los juzgados específicos, sino que van al juzgado de Betanzos, que lleva todos los casos juntos. No se divide por especialidades y debido a eso han surgido varios problemas.

Entre las complicaciones que sufrió hubo una que le perjudicó: la protección diaria de los policías. «Pasa igual que en el narcotráfico», explica al medio, «no hay Guardias Civiles para acompañarnos, porque donde hace falta invertir no lo hacen», y es que en el pequeño pueblo de Ramallo solo podían acompañarla a sus hijas y a ella de tres a ocho. Tiempo que le parece «una burla».