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Una garrapata

Una garrapataJohn Tann

La proliferación de garrapatas por el cambio climático puede multiplicar los casos de la enfermedad de Lyme

Las hospitalizaciones por esta causa se triplicaron en España entre 2005 y 2019

El aumento de la población de garrapatas alentado por el cambio climático puede multiplicar los casos de Lyme en España en la próxima década, según una revisión de estudios de la Fundación SOS Lyme.

«Los estudios epidemiológicos en todo el mundo están detectando un incremento significativo de las garrapatas durante todo el año debido al calentamiento global. En España empezaban a verse en primavera, pero cada vez las estamos detectando antes», advierte el presidente de la Fundación SOS Lyme y director de Biosalud Day Hospital, el doctor Mariano Bueno.

La consecuencia es «una progresión geométrica de picaduras a través de las cuales se transmiten enfermedades, entre las que destaca la enfermedad de Lyme, aunque los síntomas no se manifiesten hasta años después en algunos casos», añade.

Los principales síntomas de la enfermedad de Lyme son el eritema, migraña, dolor de cabeza, de cuello y de garganta, otros dolores en músculos y articulaciones, fiebre y escalofríos, fatiga y pérdida de apetito, inflamación de las glándulas, problemas neurológicos y cardiacos, trastorno en la vista y molestias hepáticas.

En este sentido, la organización se hace eco de los datos ofrecidos por el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, que notifica una multiplicación por tres en España del número de hospitalizaciones por la enfermedad de Lyme entre 2005 y 2019.

Las picaduras tienen lugar tanto de forma directa, sobre todo al realizar actividades al aire libre, sea en la naturaleza o en los parques, y de forma indirecta, a través de animales de compañía.

Ante este contexto, el doctor Bueno recomienda salir al campo con pantalones largos y botas para evitar, en la medida de lo posible, el riesgo de picadura. En el caso de los propietarios de perros y gatos, «estar atentos a cualquier molestia que puedan manifestar al volver de la calle, especialmente si han estado en contacto con césped y arbustos», detalla el experto.

Otra investigación realizada en Reino Unido, y publicada el pasado mes de enero en Parasities and Vectors, señalaba la importancia de transmitir «mensajes de salud dirigidos a los propietarios (de mascotas) y veterinarios, identificando a los animales, las estaciones y las áreas de mayor riesgo de adhesión de garrapatas y permitiendo una profilaxis más personalizada».

Asimismo, en Canadá, un estudio publicado este mes en Enviromental Health Perspectives estima que los casos se podrán multiplicar por cuatro en 2050, al igual que los costes asociado.

'La Gran Imitadora'

La similitud de los síntomas con otras enfermedades deriva en la confusión de las mismas, por lo que al síndrome de Lyme se le conoce como 'La Gran Imitadora'.

«Se sospecha que muchos pacientes diagnosticados con fibromialgia, fatiga crónica, enfermedades neurodegenerativas o enfermedades autoinmunes son casos cuyo origen es la enfermedad de Lyme», explica el doctor Bueno.

Una vez confirmado el diagnóstico clínico de Lyme y realizadas los análisis de sangre seleccionados en cada caso por un médico experto, «es importante aplicar un tratamiento lo antes posible para que la enfermedad no avance y destruya o debilite el sistema inmune».

«Para ello, se utilizan diferentes opciones, desde antibióticos y plantas medicinales antiinfecciosas, hasta a procedimientos avanzados, como la INUSpheresis, que elimina las toxinas en el organismo a través de un sofisticado sistema de filtrado del plasma sanguíneo, o la terapia fotodinámica endovenosa laser, la hipertermia corporal o el Papimi», comenta el doctor Bueno.

«La buena noticia es que la enfermedad de Lyme se puede llegar a curar si se actúa a tiempo. Pero en muchos casos es un camino largo y duro tanto para el paciente y familiares cercanos, como para los médicos que la tratamos», concluye.

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