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16 de junio de 2024

María José Cabrera Gonzalvo y Rafael Ortega

María José Cabrera Gonzalvo y Rafael OrtegaACdP

Rafael Ortega alerta de las amenazas de Sánchez a los periodistas «no afectos»

En una conferencia impartida en Zaragoza, el histórico corresponsal también criticó la soberbia de muchos informadores que se ven a sí mismos como «salvadores de la sociedad»

El periodista Rafael Ortega, histórico corresponsal en la Ciudad del Vaticano, ha impartido en la Sala Ebro de la Fundación San Valero de Zaragoza una conferencia titulada Hoy, ¿quiénes son los dueños de la información?. El periodista estuvo acompañado en este acto, organizado por la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), por la también periodista María José Cabrera.

Tras una presentación muy detallada por parte de Cabrera, el ponente hizo un repaso a la situación que atraviesa la profesión y los condicionantes que sufre justo ahora que desde el poder se quieren imponer nuevas regulaciones.

Comenzó con una referencia a que el corporativismo de los periodistas les lleva a, normalmente, no hablar mal de otros compañeros. Aludió a las amenazas veladas (y no tan veladas) que el presidente Sánchez ha realizado a los medios «no afectos» y se hizo eco de las palabras que el Papa Francisco les dirigió: «Las fake news son caca», haciendo referencia a lo sufrido en sus propias carnes por culpa de noticias falsas y con malas intenciones. Por ello, apeló a la responsabilidad de la labor periodística, intentando aunar «tanto el derecho a la información como la comunicación de manera profesional y veraz».

Ortega criticó la soberbia de muchos periodistas que se consideran «salvadores de la sociedad». Hizo referencia a las palabras pronunciadas por Benedicto XVI en la 43 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, así como al Jubileo de los periodistas en el Vaticano donde San Juan Pablo II les dijo: «No se puede escribir o transmitir sólo en función de los índices de audiencia».

Posteriormente hizo referencia al concepto de «golosina visual» acuñado por Ignacio Ramonet, por la que la información debe ser espectacular, sensacionalista, aunque contenga mentiras y errores, tal como decía Hearst, el magnate de la prensa norteamericana a finales del siglo XIX: «No dejéis nunca que la verdad os prive de una buena noticia». Aludió también a la Ley Orgánica de 1997, que regula la cláusula de conciencia y al Código deontológico de la Federación de Asociaciones de la Prensa Española de 1993. En opinión del conferenciante, «son papel mojado, ya que las empresas obligan constantemente a incumplir dicho código».

Se refirió a la información religiosa, donde las empresas empujan a los periodistas jóvenes a dar un sesgo sensacionalista y con informaciones poco contrastadas, resaltar noticias escandalosas, en muchos casos obedeciendo a los intereses ideológicos de la empresa. Elogió la radio como un medio eficaz en la transmisión de la información religiosa e hizo un sentido reconocimiento del periodista José Luis Gago, promotor de lo que después sería la cadena COPE.

Al final resumió las tres características que deben entender los propietarios de las empresas de comunicación: sencillez, naturalidad y compromiso.

A continuación se pasó a las preguntas del público, donde el ponente pudo contar sus anécdotas de la vida profesional: del atentado a Carrero Blanco (cuando más miedo pasó en su vida), de la primicia que dio sobre el atentado de Ali Agca a san Juan Pablo II, del tiroteo del que salió ileso en Roma, de la muerte de Franco, del viaje del Papa a Tokio que coincidió con el 23-F, y de muchas andanzas profesionales en Radio Nacional, TVE o COPE.

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