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03 de mayo de 2024

'Paratrechina longicornis'

Paratrechina longicornisFlickr

La hormiga loca reaparece en Barcelona: estas son las claves de esta especie invasora

Llegó a la Ciudad Condal en 2021 y se creía erradicada, pero ha reaparecido en diversas zonas y podría estar ya establecida en la comunidad

Hace unos días se detectó de nuevo la presencia de la llamada hormiga loca (Paratrechina longicornis) en España, concretamente en varias zonas ajardinadas de Barcelona. Un descubrimiento que ha llamado la atención, puesto que esta especie invasora se creía erradicada en esos territorios.
No obstante, no es un insecto nuevo en España. En Canarias ya se notificó su existencia en la década de 1980, y más tarde se informaría de su avistamiento en otras zonas del país como Baleares, Almería, Córdoba, Málaga, Murcia y Gibraltar.
La hormiga loca apareció por primera vez en la Ciudad Condal en 2021 en una rotonda del Puerto de Barcelona llena de alcantarillas, un lugar que, para el responsable técnico de la empresa de bioseguridad BioNet, Roger Vila, ofrece unas condiciones de temperaturas y humedad propicias para su reproducción. En aquel momento, la Generalitat aplicó una serie de medidas que lograron erradicar la especie, pero ahora han vuelto a aparecer nuevos focos en dos puntos: la montaña de Montjuïc –frente al puerto– y en la plaza Cataluña, en pleno corazón de la capital catalana.
Esta especie, que como decimos sí que es más común en el sur peninsular y las Islas Canarias, es potencialmente dañina para la agricultura y diversas especies autóctonas, aunque no es especial agresiva con la hormiga nativa. El sobrenombre «loca» no se refiere a su agresividad, sino más bien a su peculiar forma de desplazarse, caracterizada por un andar titubeante de un lado a otro, en un movimiento que se describe como errático. Esta conducta contrasta con la marcha rectilínea típica de la mayoría de las especies.
Según ha explicado Vila, que participó en el tratamiento de choque en el puerto en 2021, la hormiga loca no es virulenta y es difícil que entre en el interior de los edificios porque «necesita de ambientes exteriores parecidos a los tropicales». Además, añade que tampoco muerde y que, más allá de pequeñas molestias, «realmente no tiene nada de peligroso».

Rápida expansión

La expansión de la hormiga loca es tal que es complicado saber dónde tiene su origen, aunque algunas investigaciones se inclinan por situarlo en África o Asia. Esta especie se puede hallar ya en casi todo el mundo, desde los países escandinavos hasta nuestras antípodas, Nueva Zelanda. No obstante, en todos ellos se considera una especie invasora debido a que puede desplazar a las autóctonas al competir por los recursos del medio.
Se suelen encontrar en áreas agrícolas, bosques naturales o plantados, maleza, arbustos, pastos, áreas urbanas, cursos de agua y áreas costeras. Su diseminación se produce, entre otras maneras, al ser transportada por el suelo y la producción de madera, así como a través del aire mediante el transporte aéreo. También en materiales empaquetados, así como en vehículos, maquinaria, botas y aviones. Se ha movido en contenedores y, además, se han llevado a cabo introducciones deliberadas como parte del control biológico en plantaciones de coco, café y cacao.
Ante esta situación, en Cataluña ya se la considera «establecida» al expandirse fuera del puerto, ya que es difícil de erradicar si se pierde el control de la primera colonia. Algunos expertos creen que hay que aprender a vivir con este insecto, mientras que otros apuestan por su nueva eliminación.
El catedrático de Ecología de la Universidad Autónoma de Barcelona, Joan Pino, remarca a Efe que, aunque no haya motivos para generar alarma, «es el momento de erradicar la especie». El profesor universitario ha señalado que la diversidad biológica en entornos urbanos no alcanza los niveles observados en otros hábitats, y ha destacado la importancia de tomar medidas preventivas contra la expansión de la hormiga loca hacia áreas donde podría causar daños más graves.
«La clave radica en la detección precoz», explicó Pino. «Es fundamental realizar una búsqueda exhaustiva en la zona afectada y eliminar las colonias encontradas. Si permitimos que las invasiones avancen sin control, perdemos la capacidad de gestionarlas adecuadamente y nos vemos obligados a limitarnos a contenerlas».
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