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03 de mayo de 2024

Una mujer tira la basura en un contenedor instalado en Nueva York

Una mujer tira la basura en un contenedor instalado en Nueva YorkAFP

Nueva York copia a Europa e introduce contenedores en sus calles para gestionar los desechos

Inspirados en otras ciudades como París, Madrid y Buenos Aires, los containers están siendo introducidos en un programa piloto en Harlem

La ciudad de Nueva York, conocida por sus icónicas montañas de bolsas negras de basura que alimentan a las ratas en las aceras, está a punto de experimentar un cambio radical en su gestión de residuos. Lo que se está llamando la «revolución de la basura» está en marcha, y las autoridades locales están implementando un sistema de contenedores para transformar el panorama urbano y privar de alimento a las plagas de roedores que deambulan por las calles.
Desde principios de marzo, más de 200.000 negocios de comida en la ciudad están siendo obligados a utilizar estos contenedores para depositar los más de 3.000 millones de toneladas de desechos que generan anualmente. Inspirados en otras ciudades como París, Madrid y Buenos Aires, los contenedores están siendo introducidos en un programa piloto en Harlem, al norte de Manhattan, con la expectativa de extenderse gradualmente por toda la ciudad.
Hasta ahora, las bolsas de basura se amontonaban en las calles de la gran ciudad

Hasta ahora, las bolsas de basura se amontonaban en las calles de la gran ciudadAFP

A pesar de las preocupaciones iniciales sobre la pérdida de espacio para estacionamiento, algunos residentes ya están notando los beneficios. Ron James, un vecino de Harlem, comparte con Afp cómo solía tener que caminar por la calzada para evitar las ratas, pero ahora apenas las ve gracias a los contenedores. Además, la comunidad ha experimentado una disminución en las multas por la ausencia de basura esparcida por las calles.
Los contenedores también están disuadiendo a los buscadores de basura que solían romper las bolsas en busca de artículos reciclables para vender. Este cambio es especialmente importante en una ciudad como Nueva York, que produce alrededor de 20 millones de toneladas de desechos diarios, más de la mitad de los cuales provienen de negocios.
Sin embargo, la implementación de este sistema no está exenta de desafíos. La densidad de la población y la arquitectura de la ciudad presentan obstáculos logísticos significativos. La colocación de contenedores en las aceras o en las calzadas puede dificultar el tráfico peatonal y vehicular, y en algunas áreas, más del 25 % de las aceras podrían verse ocupadas por estos contenedores.
Además, el proceso de recolección de basura también necesita ser revisado. Los trabajadores del departamento de Sanidad, que actualmente recogen la basura manualmente bolsa por bolsa, merecen una solución que proteja sus cuerpos de lesiones. La comisaria de Saneamiento, Jessica Tisch, reconoce esta necesidad y aboga por una solución que beneficie a todos los neoyorquinos y mantenga las calles limpias.
La gestión de los residuos orgánicos también está en el centro de la atención. Con menos del 3 % de los desechos orgánicos reciclados, la ciudad está implementando un plan para introducir contenedores especiales para compostaje, que se convertirá en obligatorio el próximo año. Steven Cohen, profesor de la Universidad de Columbia, espera que esta iniciativa, junto con avances en tecnología y políticas de sostenibilidad ambiental, transforme la basura en una nueva fuente de energía y recursos.
A pesar de los desafíos y el tiempo que llevará adaptarse a estos cambios, muchos son optimistas sobre el futuro de la gestión de residuos en la ciudad. Con determinación y un enfoque gradual, Nueva York está en camino de limpiar sus calles y abordar uno de sus problemas más persistentes.
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