Agujero de la capa de ozono
La capa de ozono se recuperará totalmente a mediados de siglo
El Protocolo de Montreal, suscrito en 1987, marcó un antes y un después: gracias a él se ha logrado eliminar más del 99 % de la producción y consumo de los compuestos químicos más dañinos para el ozono
La capa de ozono, esencial para proteger la vida en la Tierra de la radiación ultravioleta, muestra claros signos de recuperación y se espera que su conocido agujero sobre la Antártida desaparezca por completo en las próximas décadas. Así lo ha confirmado la Organización Meteorológica Mundial (OMM) de la ONU en un boletín divulgado este martes.
El organismo señaló que en 2024 la extensión del agujero antártico se redujo en comparación con años anteriores, lo que constituye «una noticia científica alentadora para la salud de las poblaciones y del planeta». De acuerdo con las previsiones de la OMM, los niveles de ozono deberían regresar a los valores propios de la década de 1980 «a mediados de este siglo». Ello supondrá una disminución de riesgos sanitarios como el cáncer de piel o las cataratas, así como de los daños a los ecosistemas derivados de la exposición a los rayos UV.
La capa de ozono se encuentra en la estratosfera, entre los 11 y los 40 kilómetros de altura, y actúa como un escudo natural que filtra la radiación solar más peligrosa. Sin ella, los rayos ultravioleta afectarían de manera directa al ADN, al sistema inmunitario y a la salud en general de los seres vivos.
El deterioro de esta franja atmosférica comenzó a detectarse en los años setenta, cuando los científicos identificaron a los clorofluorocarburos (CFC), empleados masivamente en refrigeradores y aerosoles, como los principales responsables de la aparición de los «agujeros». Uno de ellos, especialmente grande, se formaba de manera recurrente cada año sobre el Polo Sur.
La comunidad internacional reaccionó con rapidez. El Protocolo de Montreal, suscrito en 1987, marcó un antes y un después: gracias a él se ha logrado eliminar más del 99 % de la producción y consumo de los compuestos químicos más dañinos para el ozono. Este acuerdo, considerado uno de los mayores logros medioambientales globales, ha dado margen a la atmósfera para regenerarse.
La OMM recordó que la mejora registrada en 2024 se debió también a «factores atmosféricos naturales». Sin embargo, insistió en que la tendencia positiva sostenida «refleja el éxito de la acción internacional». En la misma línea, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, celebró los avances: «La capa de ozono se está recuperando» y «este avance nos recuerda que cuando las naciones tienen en cuenta las advertencias de la ciencia, es posible avanzar».
La recuperación de este escudo protector constituye un ejemplo de lo que puede conseguirse mediante la cooperación internacional y la aplicación rigurosa de medidas basadas en la evidencia científica. La experiencia del Protocolo de Montreal se presenta hoy como un modelo para afrontar otros desafíos ambientales globales, en especial la lucha contra el cambio climático.