Fundado en 1910
Vista general del pueblo de Oia en la isla griega de Santorini mientras las autoridades restringen el acceso a los turistas en algunas áreas

Vista general del pueblo de Oia en la isla griega de Santorini mientras las autoridades restringen el acceso a los turistas en algunas áreasAFP

Descubren la razón que causó la serie de terremotos en Santorini a comienzos de año

Entre el 26 de enero y el 22 de febrero de 2025, la isla registró más de 28.000 seísmos de magnitud superior a 1, el mayor de 5,3 grados

El origen del enjambre sísmico que sacudió la isla griega de Santorini a comienzos de año fue el desplazamiento de unos 300 millones de metros cúbicos de magma, que ascendieron desde las profundidades de la corteza terrestre hasta situarse a unos cuatro kilómetros bajo el lecho marino.

Entre el 26 de enero y el 22 de febrero de 2025, la isla registró más de 28.000 terremotos de magnitud superior a 1, Entre el 26 de enero y el 22 de febrero de 2025, la isla registró más de 28.000 terremotos de magnitud superior a 1, el mayor de 5,3 grados. Aunque no se produjeron daños de consideración, la intensidad de la crisis provocó la huida de más de la mitad de los 25.000 habitantes de la isla.

Un estudio publicado en Nature por el Centro Helmholtz de Geociencias (GFZ, Alemania), con la colaboración del centro GEOMAR para la Investigación Oceánica, reconstruye con un detalle sin precedentes los procesos que desencadenaron la actividad sísmica. El análisis confirma que el ascenso del magma fundido a través de la corteza generó miles de temblores y fracturas, a medida que abría conductos en su trayecto hacia la superficie.

Los investigadores pudieron rastrear este fenómeno gracias a los datos recogidos por estaciones sísmicas y sensores submarinos desplegados en el volcán Kolumbo, situado a 7 kilómetros de Santorini. Además, utilizaron un novedoso método de localización de terremotos basado en inteligencia artificial.

Un archipiélago volcánico activo

Santorini, en el Mediterráneo oriental, forma parte del arco volcánico helénico, una de las regiones geológicas más activas de Europa. El archipiélago actual es el resultado de una caldera creada por una gran erupción hace unos 3.600 años. En sus proximidades se encuentra el volcán submarino Kolumbo, aún activo, mientras que toda la región está atravesada por fallas activas originadas por el empuje de la placa africana contra la helénica.

La compleja fragmentación de la corteza mediterránea, dividida en varias microplacas que colisionan o se subducen, es la responsable de la intensa actividad volcánica y sísmica. No es un fenómeno nuevo: en 1956 dos grandes terremotos, con apenas 13 minutos de diferencia, sacudieron el sur del mar Egeo entre Santorini y Amorgos.

De julio de 2024 al pico sísmico de enero de 2025

El estudio detalla que la cadena de acontecimientos comenzó en julio de 2024, cuando el magma se acumuló en un depósito poco profundo bajo Santorini. Esto provocó un ligero levantamiento de la isla, de apenas unos centímetros, detectable a inicios de enero de 2025.

A finales de ese mes, el magma inició un nuevo ascenso hacia la superficie, acompañado de un fuerte incremento de la sismicidad. Los focos de los terremotos se desplazaron progresivamente desde los 18 kilómetros de profundidad hasta solo tres kilómetros bajo el fondo marino, avanzando hacia el noreste a más de 10 kilómetros de la isla.

Según el geofísico del GFZ Marius Isken, firmante del artículo, la actividad registrada era «típica del magma ascendiendo a través de la corteza terrestre»: la roca se fractura y se forman conductos, lo que desencadena una intensa actividad sísmica. «Nuestro análisis nos permitió trazar la trayectoria y la dinámica del magma con un alto grado de precisión», explicó.

Una conexión volcánica inesperada

El estudio señala que, tras el episodio, Santorini experimentó un nuevo hundimiento, lo que los autores interpretan como evidencia de una conexión hidráulica hasta ahora desconocida entre los volcanes de la zona.

La investigación fue posible gracias a la cooperación internacional y a la combinación de técnicas geofísicas que permitieron seguir la evolución de la crisis casi en tiempo real. «Incluso aprendimos algo nuevo sobre la interacción entre los dos volcanes», destacó Jens Karstens, otro de los autores.

Aunque la sismicidad ha disminuido, la vigilancia científica continúa. El GFZ sigue realizando mediciones de gases y temperatura en Santorini, mientras que GEOMAR mantiene en funcionamiento ocho plataformas de sensores en el lecho marino.

comentarios
tracking

Compartir

Herramientas