Fundado en 1910

Persianas bajadasGetty Images/iStockphoto

La razón por la que los expertos aconsejan bajar las persianas y cerrar las cortinas en casa a las 17:30

Incorporar a los hábitos esta rutina diaria es una forma sencilla de aprovechar mejor la energía disponible en los hogares

Con la llegada del otoño, muchas viviendas comienzan a enfriarse, incluso antes de que anochezca por completo. En gran parte del país, hacia las 17:30 la luz se atenúa, el sol se oculta y la temperatura exterior desciende con rapidez. Este cambio marca un momento clave para conservar el calor interior. Por ello, expertos en aislamiento y eficiencia energética coinciden en una recomendación tan sencilla como eficaz: bajar las persianas y cerrar las cortinas justo a esa hora puede ayudar a mantener la casa cálida sin necesidad de recurrir antes de tiempo a la calefacción.

La propuesta no es solo una cuestión de sentido común, sino que coincide con las orientaciones del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), organismo público encargado de promover la eficiencia energética en España. El IDAE recuerda que una proporción significativa de las pérdidas de calor en una vivienda procede de las ventanas, especialmente cuando no disponen de protección adicional. Cada día, cuando la noche cae y el contraste térmico se acentúa, las ventanas actúan como uno de los principales puntos de fuga. Protegerlas es un gesto rápido y completamente gratuito, pero puede tener un impacto muy relevante en el consumo energético de los meses fríos.

Las persianas desempeñan un papel fundamental en esta estrategia de ahorro. Al bajarlas al final de la tarde se añade una capa extra entre el interior de la vivienda y el exterior. Este efecto se multiplica si se trata de persianas térmicas o fabricadas con materiales aislantes. En cualquier caso, al crearse una pequeña cámara de aire entre la ventana y la persiana, se reduce la transferencia de frío a través del cristal. Si permanecen abiertas cuando la temperatura exterior cae, el vidrio se enfría con rapidez y, en consecuencia, buena parte del calor acumulado durante el día se disipa. Esto obliga a encender antes la calefacción o a elevar el termostato, con el consiguiente aumento del gasto energético.

Las cortinas actúan como un segundo refuerzo térmico. Cerrarlas también alrededor de las 17:30 contribuye a ralentizar la pérdida de calor. Los tejidos densos o gruesos pueden reducir las corrientes frías que se forman cerca de las ventanas cuando el exterior se enfría de golpe. Aunque no sustituyen a unas ventanas de calidad ni a una persiana adecuada, sí complementan su función y hacen más confortable el ambiente interior sin necesidad de obras ni inversiones adicionales.

Incorporar esta rutina diaria es una forma sencilla de aprovechar mejor la energía disponible y de retrasar el encendido de la calefacción, especialmente en viviendas con carpinterías antiguas, pisos poco soleados u hogares donde se busca un control más estricto del gasto. Combinado con otras prácticas recomendadas –como ventilar durante pocos minutos por la mañana, mantener cerradas las puertas de las estancias que no se usan o evitar filtraciones de aire– este hábito puede traducirse en un ahorro perceptible en la factura energética durante los meses de otoño e invierno.

A veces, mejorar el confort térmico no requiere grandes inversiones, sino prestar atención a pequeños gestos cotidianos. Y bajar persianas y cerrar cortinas al caer la tarde es uno de los más simples y efectivos.