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Enrique DansIE Business School

Profesor de Innovación y Tecnología

Enrique Dans: «Zuckerberg debería estar en la cárcel por no haber sabido controlar Facebook»

Uno de grandes expertos en divulgación tecnológica señala, entre otras cosas, el daño irreparable que ha hecho Facebook en muchas sociedades

Enrique Dans (A Coruña, 1965) fue de los primeros españoles en surfear la ola de la tecnología. En los años 90 llegó a California a completar sus estudios y conoció Internet.
Desde entonces ha sentido curiosidad por todo lo que rodea a este mundo que avanza rápido, pero a él siempre le pilla en forma para ir un paso por delante.
Su blog data de 2003 y eso son 20 años escribiendo casi a diario de divulgación tecnológica. Dos décadas de reconocimiento como uno de los españoles más influyentes en este campo y más de 30 años de profesor de Innovación Tecnológica en IE Bussiness School.
Recibe a El Debate, cómo no, por Zoom y con las ideas muy claras del presente y del futuro digital. Su libro es ese manual que nunca pasará de moda porque siempre habrá alguien que no se ha subido a tiempo al autobús del cambio y Todo vuelve a cambiar es, algo así, como un abono eterno.
Todo vuelve a cambiar, ¿le da la sensación de que cada vez lo hace más rápido?
–Cada vez va más rápido. Lo que le ha ocurrido con ChatGPT es un claro ejemplo. Vale que la innovación es muy llamativa, muy interesante, pero es que, además, la barbaridad que supone alcanzar 150 millones de usuarios en un tiempo cortísimo es algo que sólo es posible porque Internet está ahí.

Lo que están haciendo los gobiernos es legislar de manera populista, es decir, en función de la alarma social

Este libro lo escribí en un mes, lo tenía muy en la cabeza. Termino el libro, lo entrego a finales de enero y en lo que hemos tardado entre que lo entrego y que se ponga en el mercado, ha habido suficientes cambios como para que ya me fastidie. Va tan rápido que nos pisa incluso a los que intentamos contar lo rápido que va.
–¿Empieza a haber demasiados actores, como los gobiernos, que no saben de qué va todo esto?
–Lo que están haciendo los gobiernos es legislar de manera populista, es decir, intentar legislar en función de la alarma social, y es muy manipulable. Si dos personas en la industria consiguen alinear a unos cuantos protagonistas del tema para firmar un par de cartas abiertas pidiendo «Dios mío, que se regule esto de la inteligencia artificial porque es muy peligroso y podemos acabar en la extinción de la especie -cosa que es absolutamente estúpida porque ningún algoritmo va a tomar vida de repente en ninguna máquina-, porque es más peligrosa, más malvada que tu tostador del pan», realmente lo que estamos haciendo es que el legislador les favorezca y diga «uy, qué peligroso esto, la gente está muerta de miedo. Solamente lo pueden hacer aquellas compañías que me ofrezcan unas garantías».
¿Imaginas a que llegase un legislador e impidiese el desarrollo de inteligencia artificial en código abierto? Sería completamente absurdo, pero podría ocurrir.
–¿Cómo valora la brecha digital entre generaciones?
–Esto es como un tren que llega. Te subes o no te subes y, como no te subas, te quedas fuera. Te quedas fuera en el metaverso y en la realidad.

La gente se queda fuera en función de que no vean una propuesta de valor clara

La gente se queda fuera, no en función de lo llamativo que sea algo, se quedan en función de que no vean una propuesta de valor clara. El acceso a las tecnologías es cada vez más sencillo. La barrera de entrada va cayendo de manera brutal. Antes, tenías que dar un curso para aprender a utilizar algo. Nos falta el desarrollo conceptual, que es lo que intentamos algunos ante obras más divulgativas o artículos en prensa generalista, no tanto en artículos académicos.
El problema es que la gente vea una propuesta de valor. Las criptomonedas, por ejemplo, tienen una propuesta de valor muy interesante, pero si a la gente le han dicho que son una estafa, solo ve miedo. No va a entrar ahí hasta que esté muy, muy, muy generalizado el tema y, entonces, se habrá perdido el tren completamente.
–En su libro escribe sobre perder el miedo a pasar tiempo ante las pantallas si sabemos controlarlo, ¿hay demasiada gente que ha perdido el control sobre la tecnología? ¿Y los menores?
–Hemos hecho renuncia expresa a educar en tecnología. En los colegios se prohíbe el móvil. En otros, te lo puedes llevar, pero lo tienes que apagar en clase o dejarlo metido en un cajón. En algunos, lo que hacen es tener una asignatura de tecnología que es una estupidez soberana, porque no tiene sentido llamarle tecnología a una asignatura que normalmente lo único que hace es enseñarte a usar Word, PowerPoint y Excel.

Integra la tecnología de tal manera que la gente busque las razones de la Segunda Guerra Mundial y que se encuentren todo tipo de salvajadas y barbaridades

¿Qué habría que hacer? Habría que integrar la tecnología. Si la tecnología está integrada en nuestro entorno, la única lógica posible es que el entorno educativo no sea como la aldea gala de Asterix. Si los alumnos se distraen será porque la clase es un coñazo. Intenta hacerla mejor, integra la tecnología de tal manera que en historia la gente busque las razones de la Segunda Guerra Mundial y que se encuentren todo tipo de salvajadas y barbaridades, y que haya tres que entren en un sitio neonazi, ¡genial!, eso es lo que tiene que pasar. Es la única manera de educar en fake news, de educar en cómo verificar las fuentes, de conseguir que la gente normalice el uso de la tecnología y entienda que la tecnología es para más que hacer que colgar tres fotos en el Instagram y subir estupideces a Tik Tok.

Se sienten dioses porque usan Tik Tok mejor que nadie

Como solo usan la tecnología para eso, se sienten dioses porque usan Tik Tok mejor que nadie. Una cosa que está hecha para que sea especialmente fácil de usar. Entonces se encuentran con que la sociedad les considera nativos digitales. Mientras no rectifiquemos como sociedad y no integremos la tecnología, la gente no sabrá resistirse a determinadas cosas.
–¿Qué ha podido pasar en Suecia para que quieran volver a los libros y hayan detenido su plan de digitalización?
–Están intentando utilizar los sistemas de control de evaluación que se usaban antes. Ese es el problema. Mientras tú no cambies la forma de evaluar y sustituyas la evaluación en función de la memorización por una evaluación diferente, es muy difícil.

Están intentando utilizar los sistemas de control de evaluación que se usaban antes

Las nuevas metodologías no te pueden generar mejores notas en un sistema anclado en la metodología anterior. Si cambio la metodología para favorecer un aprendizaje en la era digital tendré que cambiar también los medios del control de gestión.
–Señala en su libro a Facebook especialmente por el juego sucio que ha venido haciendo con los datos de sus usuarios y la influencia en la formación de gobiernos de todo el mundo, ¿qué futuro le ve a esta red social?
–Es muy duro, muy fuerte y nadie ha hecho nada. Lo único que hemos hecho es decirle «malo, muy malo». El mensaje que estamos lanzando desde el punto de vista del regulador es: «si te mueves rápido y rompes cosas, no pasa nada».
Fíjate a donde llegamos. Hay un tío que ha creado un submarino que se ha descojonado nada más meterlo a cierta profundidad. ¿Por qué? Porque quiso tomar sus propios criterios de diseño en lugar de los que nos recomendaban los ingenieros. Y se han muerto cinco tíos por moverse muy rápido y romper cosas. No pasa nada si, de repente, te has cargado la democracia norteamericana y has metido un gilipollas en la Casa Blanca, no pasa nada si has permitido que unos actores malintencionados manipulen una consulta electoral y acabe saliendo el brexit, cuando en realidad la mayor parte de la población, si hubiera estado bien informada, no habría hecho semejante estupidez. Y no pasó nada, ¿no?

Hemos hecho renuncia expresa a educar en tecnología

Lo que habría que hacer es entender que la regulación no tiene que regular la tecnología, que la tecnología de hecho no se deja regular. La tecnología, una vez inventada no la puedes 'desinventar', lo que hay que regular es el uso que se hace de ella.
Ese tío (Mark Zuckerberg) tiene que estar en la cárcel, no puede estar en otro sitio, no puede seguir siendo el multimillonario que se movió muy rápido y rompió cosas. Explícaselo a las familias de la gente que ha muerto por una por una campaña orquestada de su herramienta. Tenemos poquísimas herramientas o ninguna para parar a un idiota que manifiesta un comportamiento a todas luces irresponsable y ha sabido controlar su tecnología.
–¿Se hubiera podido evitar la tragedia del Titán si se hubiera preguntado a la inteligencia artificial?
–Supongo que sí. El problema de la inteligencia artificial es que tienes que tener un número de casos suficiente como para educar a un algoritmo. Y esos casos tienen que ser muchos. Alguien tendría que haberse dedicado a meter esferas allí abajo y comprobar qué es lo que ocurre, y etiquetar las que fallan y las que no.

El mensaje que lanza el regulador es: «Si te mueves rápido y rompes cosas, no pasa nada»

Es como pensar que la inteligencia artificial sabe física y no es verdad. Si quieres conseguir una inteligencia artificial que de verdad te diga si eso se estropea, si implosiona o no cuando lo meto a 3.000 metros de profundidad, tienes que bajar muchas cosas a 3.000 metros de profundidad y etiquetar los datos obtenidos para que te lo diga. A esto hay que llamarle machine learning.
–¿Qué opinión le merece el euro digital? No consigo encontrar a nadie que me hable bien.
–Supongo que lo mismo que el consenso general. Lo que hacemos es digitalizar la moneda, que de por sí tiene un montón de problemas, fallos e inconvenientes, como el hecho de que depende de una autoridad central, que esa autoridad central puede hacer lo que buenamente le viene en gana con ella: devaluarla, no devaluarla, subir los tipos, bajarlos, etcétera. El hecho de que sea digital lo único que aporta es más control. Las únicas ventajas, de manera irónica, pueden ser «voy a hacer que tu dinero caduque para estimular el gasto», es decir, está dando más control cuando lo que deberíamos reinventar en el dinero es que tuvieran menos control, que el control solo tuviera la matemática.
–Y si todo vuelve a cambiar, ¿qué podemos hacer?
–Leer a muchos que hablamos de estas cosas. Yo tengo la sensación de que en España tengo una posición que, seguramente, no merezco, por el hecho de que fui uno de los primeros que empezó a escribir todos los días en un blog. En inglés hay gente buenísima que escribe estos temas y que escribe mucho mejor que yo. Hay un montón de fuentes muy interesantes, pero yo creo que lo que tienen que hacer es buscar la propuesta de valor.

El hecho de que el euro sea digital lo único que aporta es más control

Yo llegué a California en el 96. Me encuentro con que de repente allí todo el mundo estaba usando internet para casi todo y dije «qué ola más chula» y me subo. La propuesta de valor de surfear una tecnología es que vas a poder ser el adelantado en un montón de cosas. Te va a preguntar un montón de gente en tu empresa, te van a pedir que actúes de referencia. Es tener un poco de curiosidad al principio.

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