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29 de abril de 2024

Centro Amazon Mad7 de Illescas

Interior del centro Amazon MAD7 de IllescasCR

Cintas infinitas, estanterías inteligentes y millones de paquetes: así funciona la mayor planta robotizada de Amazon

Casi dos mil empleados se dedican a empaquetar productos pequeños en este centro de Illescas con un sistema logístico sin precedentes

A60 kilómetros de Madrid, Amazon tiene el centro logístico más robotizado de España. Más de 10 kilómetros de cinta que transportan pequeños productos que se reparten por toda España y por otros países si así lo piden los clientes.
Este centro logístico se denomina MAD7 en referencia al aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas. Son poco más de 200.000 metros cuadrados con 12 kilómetros de cinta transportadora por donde pasan millones de productos de pequeñas dimensiones cada día.
Centro Amazon Mad7 de Illescas

Imagen aérea del Centro Amazon MAD7 de IllescasAmazon

Sus empleados trabajan en tres turnos, pero la logística que hay entorno a esta meganave es de primer nivel para que nada falle y todo sea seguro, es más, en cada turno de trabajo, los empleados pasan por una pantalla que espera sus propuestas para mejorar su labor.

Máquinas y personas

Por ejemplo, la caja que acerca los productos para que el empleado los empaquete tenía que ser manipulada y colocada a mano para ver los productos, con el cambio propuesto los ingenieros colocaron una especie de tobogán que desliza la caja para que el empleado solo tenga que coger los productos y buscar una caja para que sigan su curso.
Centro Amazon Mad7 de Illescas

Punto de llegada de paquetes procedentes de terceros proveedoresCR

El centro se inauguró en 2021 y la obra de ingeniería es enorme porque todo está milimétricamente preparado para que los productos no se caigan de las cintas, gracias a una red que los protege. Los robots ayudan a los empleados aunque la mano de obra humana es necesaria con casi 2.000 empleados de la zona de Illescas y casi el doble en campañas como la de Navidad.

El trayecto de un pedido

Cuando un usuario de Amazon pide un producto apenas hace clic o presiona la pantalla de su móvil con el dedo, pero detrás de ese gesto hay un proceso de gestión que, en muchos casos, empieza en esta planta de Illescas, aunque la empresa de Jeff Bezos sigue desplegándose por España con 40 instalaciones de todos los tamaños y servicios.
Centro Amazon Mad7 de Illescas

Empleada del centro Amazon Mad7 de IllescasCR

Volviendo al proceso, ese producto por el que el cliente de Amazon ha pagado para que se lo entreguen al día siguiente, incluso en pocas horas si se encuentra disponible en un centro urbano, llega a Illescas en camiones procedentes de terceros proveedores que utilizan Amazon para vender sus productos.

Un vez en MAD7, comienza un proceso de comprobación, etiquetado y almacenaje en el que colaboran máquinas y personas

Un vez en MAD7, comienza un proceso de comprobación, etiquetado y almacenaje en el que colaboran máquinas y personas. La logística tan precisa de Amazon hace que ningún producto se pierda por pequeño que sea y quede perfectamente etiquetado para ser recuperado en cualquier momento y en pocos segundos.
Centro Amazon Mad7 de Illescas

Centro Amazon Mad7 de IllescasCR

El espacio más preciado del centro se encuentra en la segunda planta donde unas vallas amarillas delimitan el espacio donde los robots de Amazon se desplazan por el suelo y van hasta las estanterías, se ensamblan por debajo y las mueven hasta el puesto del trabajador para que coloque los nuevos objetos o recoja aquellos que van a ser enviados.

Empleados

La privacidad de los empleados y de los clientes es otro asunto importante. En Francia, Amazon ha sido multada por supervisar en exceso a sus trabajadores. En la planta MAD7 de Illescas las cámaras que vigilan los tramos de cinta transportadora donde hay trabajadores recibiendo mercancía no tienen visión del factor humano, solo de la cinta para detectar posibles problemas. El resto es una imagen en negro.
Centro Amazon Mad7 de Illescas

Centro Amazon Mad7 de IllescasCR

Cuando los empleados abandonan el centro logístico, pasan por un control de seguridad donde se revisan los bolsos y mochilas para evitar que el material con el que están en contacto pueda salir sin supervisión.
En el caso de los clientes, Amazon tiene un sistema de envío que acaba en un robot que pone la pegatina del envío al producto ya empaquetado. En ningún momento los empleados conocen a quién va dirigido un producto. Es un brazo robótico el que finaliza el proceso. El producto acaba en una caja con más paquetes y empieza el camino hacia los centros urbanos donde los transportistas de última milla reparten el producto apenas 24 horas después de la compra.

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