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05 de mayo de 2024

Reconstrucción del cofre del tesoro de Hoxne

Reconstrucción del cofre del tesoro de Hoxne

Picotazos de historia

La historia de cómo el mayor tesoro de la Britania romana fue descubierto con un detector de metales

El tesoro de Hoxne dio un total de 3,5 kilogramos de oro y 23, 75 kilogramos de plata. Lo forman 15.065 piezas entre monedas, cubertería y joyas

El 16 de noviembre de 1992 en la pequeña población de Hoxne, situada en el secular condado inglés de Suffolk, Peter Whatling, quien tenía arrendadas unas tierras que eran propiedad del consejo del condado, había perdido un martillo y preguntó a su amigo Eric Lawes, jardinero jubilado si tenía un detector de metales que le pudiese ayudar a encontrarlo en el área donde creía que podría haberlo perdido.
Sin ninguna problema, los dos amigos se dirigen al terreno con el detector y al poco tiempo empiezan a encontrar objetos y monedas de oro. Ambos fueron conscientes de que habían realizado un descubrimiento de importancia. Tras reunir todo lo encontrado, notifican lo sucedido a la policía local y al consejo del condado.
Objetos encontrados en el tesoro de Hoxne

Objetos encontrados en el tesoro de HoxneHelen Simonsson / Flickr

Al día siguiente de la búsqueda del martillo se presentó un equipo de arqueólogos que llevó a cabo una excavación de emergencia en un radio de treinta metros desde el punto de hallazgo. En esta excavación se encontró que el tesoro –pues de tal cosa se trataba– había estado contenido dentro de un cofre de madera de roble. La mayor parte de los objetos continuaban en su interior, pero el paso de los arados y los animales habían dispersado unos cuantos en las zonas próximas. Los arqueólogos también encontraron el martillo que había desencadenado todo. Hoy lo pueden ver expuesto en el Museo Británico junto con las piezas que componían el tesoro. Pero volvamos a lo que les estaba contando.

El tesoro de Hoxne

El tesoro se compone de 569 monedas de oro (solidi), 14.272 monedas de plata y 24 de bronce, acuñadas a lo largo de los reinados de tres emperadores distintos: Constantino II ( 337-340), Valentiniano ( 364-75) y Honorio ( 393-423). A las monedas les acompañaban piezas de cubertería de plata, joyas, fuentes y recipientes de plata, especieros ( incluyendo el denominado especiero de la emperatriz y que representa una figura femenina), el asa de una jarra con forma de una tigresa, etc.
Muchas piezas de plata llevan grabadas el nombre de Aurelio Ursucino, que se supone que fue el propietario de tan importante tesoro. También encontraron un brazalete de oro primorosamente trabajado con la inscripción «VTERE FELIX DOMINA IVLIANE» («Úsalo con alegría, señora Juliana»). Algunas de las piezas de plata llevan marcadas las dos primeras letras del nombre de Cristo en griego, símbolo conocido como Crismón y que nos indican que la familia propietaria del tesoro posiblemente fuera cristiana.
Dos pulseras de oro caladas

Dos pulseras de oro caladas

En 1994 se llevó a cabo una segunda excavación, más sistemática y metódica que la anterior, a consecuencias de la denuncia de incidentes con saqueadores en el terreno. En estas excavaciones se encontraron 335 piezas de oro y plata así como los restos de estructuras de la edad del hierro y del bronce para nada asociadas con el tesoro.
El tesoro de Hoxne dio un total de 3,5 kilogramos de oro y 23,75 kilogramos de plata. Lo forman 15.065 piezas entre monedas, cubertería y joyas. Se creó un comité oficial de tasación que valoró el hallazgo en 1,75 millones de libras de entonces y fue adquirido, gracias a donaciones particulares, por el Museo Británico. El dinero de la compra fue repartido, a partes iguales, entre el propietario del terreno (Concejo del Condado), el arrendatario de los mismo (Peter Whatling) y el descubridor (Eric Lawes) y además se legislaron nuevas leyes en relación con los descubrimientos arqueológicos, su valoración y reparto del valor; lo que resultó muy beneficioso pues una persona que encuentre un tesorillo o depósito le compensa más notificarlo a las autoridades que quedárselo.
Por otro lado el descubrimiento del tesoro de Hoxne y la reacción honrada de sus descubridores hicieron cambiar la opinión oficial que existía sobre el uso de detectores de metales por aficionados: pasaron de saqueadores y semidelincuentes a aficionados auxiliares de los arqueólogos y ciudadanos responsables. Sinceramente, aquí tendría que cambiar mucho la mentalidad general y el ejemplo que recibimos de nuestros dirigentes.
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