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19 de mayo de 2024

Fotograma de la película 'Rebelde sin causa' (1955) de Nicholas Ray con James Dean y Natalie Wood

Fotograma de la película 'Rebelde sin causa' (1955) de Nicholas Ray con James Dean y Natalie Wood

La generación 'Beat' o la juventud «agresiva» y «achulada» de los años 50

Tras la Segunda Guerra Mundial, ciertos sectores de la sociedad culparon de la guerra y de su malestar a sus respectivos gobiernos. Desde esa porción, en su mayoría jóvenes, manifestaron su protesta en el reclamo de su individualidad frente a la cultura convencional

Hace unos días se hizo eco el hilo de la red social X del ministro de Transportes, Óscar Puente, en el que recopila los supuestos insultos de los articulistas de prensa contra él. En los tres folios de extensión del listado se rescata y repite el adjetivo de «macarra», recogido por la RAE en su primera acepción como dicho de una persona «agresiva, achulada». ¿Quiénes fueron esos primeros fanfarrones?
En los dolientes años 50, inmersos en la reconstrucción tras la Segunda Guerra Mundial, ciertos sectores de la sociedad culparon de la guerra y de su malestar a sus respectivos gobiernos. Desde esa porción, en su mayoría jóvenes, manifestaron su protesta en el reclamo de su individualidad frente a la cultura convencional a la que consideraban «alienante».
De la agrupación de estos recelosos del estado del bienestar se desarrolló el término de «contracultura», acuñado y definido por el filósofo estadounidense, Theodore Roszak, como «movimiento social que rechaza los valores, modos de vida y cultura dominante».

¿Derrotados u optimistas?

En la Universidad de Columbia (Nueva York) surgió la disidencia de manos de tres estudiantes Jack Keoruac, Allen Ginsberg y Lucien Carr. Los precursores que plasmaron su escepticismo en obras como: En el camino (Kerouac), Aullido (Ginsberg) y el Almuerzo Desnudo de William Borroughs. Con sus novelas, los autores dieron vida a un nuevo ideario en el que se vencían los convencionalismos del lenguaje, se practicaba el hedonismo y se rechazaba al capitalismo estadounidense.
Kerouac, Ginsberg y Borroughs se convirtieron en inmortales para un grupo de jóvenes bohemios que, siguiendo su filosofía, se autodenominaron la Generación Beat, un término que camina entre beaten, es decir, «derrotado» y upbeat, «optimista». Aunque para muchos padres simplemente eran la «generación perdida».
Con la libertad social por bandera, la aversión a la autoridad, el cuestionamiento sobre la existencia humana y el redescubrimiento de culturas exóticas –china, india…– éstos «revolucionarios en tiempos de paz» disidieron del estilo de vida de sus mayores a la vez que adoptaron una nueva estética: la boina, la perilla, los cuellos altos… y nuevos hábitos como el tabaco de liar y el uso de estupefacientes. Considerados los precursores de la psicodelia, los beats también destacaron por sus gustos musicales: el jazz y del rock n´roll.
Neal Cassady y Jack Kerouac en la fotografía original de la editorial Compactos de Anagrama

Neal Cassady y Jack Kerouac en la fotografía original de la editorial Compactos de Anagrama

Un referente de esta corriente lo encontramos en Neal Cassady, que fue la inspiración de Kerouac para crear a Dean Monarty, el protagonista de En el Camino. Cassady fue un marginal de infancia trágica, frecuente visitador de tugurios poco recomendables y delincuente menor –llegó a estar encarcelado en el penal de San Quintín–. Su vida se resume a tres conceptos: sexo, drogas y coches. A pesar de no haber tenido un recorrido literario más allá de una intención de escribir sus memorias –inacabadas–, Cassady se convirtió en un icono por llevar una vida 'beat' y su misteriosa muerte en México en 1968 fue el broche final para erigirle como mito.
En el cine independiente encontramos una película totalmente 'beat' de manos de Dennis Hopper y su Easy Rider (1969) en la que dos motoristas se recorren Estados Unidos para «descubrir qué es América… y no la encuentran», como anuncia el tráiler. La cinta es mejor reconocida por su inmortal banda sonora Born to be wild de Steppenwolf.
Asimismo, los beats inspiraron a artistas posteriores –todos muy controvertidos– como Bob Dylan, Jim Morrison –y los Doors– o John Lennon y escritores como Charles Bukowski o Hunter S. Thompson.
La Generación Beat fue un movimiento no violento, más asociado a sectores de cierto acomodo económico, del que renegaron tanto la izquierda marxista –para los que eran ‘burgueses’ y la derecha conservadora -contraria a su política de libre albedrío–. Ante su condena al capitalismo estadounidense se le intentó asociar al comunismo, y se les acusó de «antipatriotas» –el término fue enfatizado tras su actividad política contraria a la Guerra de Vietnam–.
Aunque, en esencia, el movimiento no tuvo relación alguna con la política, sino que se asociaba a un estilo de música y de entender la vida con ahínco en la libertad individual. Sí se debe contraponer de su filosofía su uso abusivo de las drogas y del alcohol que llevó a muchos de principales iconos a desarrollar problemas de salud mental.

Otros «macarras» al otro lado del Atlántico

Al mismo tiempo, en Gran Bretaña también tuvo sus primeros «macarras» que reivindicaron su individualidad ante el orden establecido, los mods –de modern, moderno–. Patillas, trajes con corbata fina, los zapatos de bolera –para él–; y los cortes de pelo a ras de mandíbula (bob) y los vestidos de corte recto –para ella– y parcas para ambos, los mods ingleses crearon su propia estética en rechazo al orden establecido.
Con el escudo de la Royal Air Force bordado, los mods contribuyeron a la contaminación acústica de las calles londinenses con sus rugientes Scooters –o Lambrettas– a ritmo de R&B, jazz contemporáneo, y pop. También fue famoso su antagonismo con los rockers –o rockabillies–, con vaqueros, camisetas blancas, chupas de cuero, botas hasta los tobillos y ensordecedoras motocicletas estilo Triumph y Harley-Davidson al compás de los acordes del rock n’ roll y el rockabilly.
Los enfrentamientos entre los 'mods' y los 'rockers' fueron la principal causa de la violencia en las calles británicas en los años 60 y aparecen retratados en la película Quadropehnia de Franc Roddam, cinta de referencia en el cine mod.
De la Generación Beat y los mods ingleses derivan las primeras culturas alternativas -o underground: los hippies, los squarters, los rockabillies de los años 60; los punks y los hardcores de los 70 y 80 o la versión española, los 'kinkis' de la Transición; los grunges de los años 90, los góticos, los metaleros, los raperos, los ravers… hasta el hip hop y el trap derivan de estos pioneros de la posguerra. Estos «macarras» fueron jóvenes que fueron a contracorriente con unas maneras «agresivas» y «achuladas» e hicieron de sus excentricidades un estilo de vida.
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