
Bandera de Marruecos en Rabat
Los productos europeos afrontan aranceles de hasta el 200 % en Marruecos frente al 81 % que fijó Bruselas para Rabat
El vecino del sur pone más barreras comerciales y más altas de lo que hace la UE en sentido contrario
El poderío agroalimentario de Marruecos experimenta un crecimiento exponencial en los últimos años que roba protagonismo a España como huerta de Europa.
El vecino del sur se vale de la laxitud regulatoria de su reino para gozar de rentabilidades inalcanzables al norte del Estrecho de Gibraltar. La posibilidad de emplear elementos fitosanitarios prohibidos en Europa, el uso indiscriminado del recurso hídrico y unos costes laborales ínfimos en comparación dan ventaja a Marruecos, que aprovecha el acuerdo de libre comercio con la UE para regatear las tasas que se aplican a los productos extracomunitarios.
El Acuerdo Euromediterráneo de Asociación UE-Marruecos entró en vigor en 2000 y creó una zona de libre comercio entre la UE y Marruecos.
La importancia de Marruecos como productor amenaza a varios cultivos españoles de relevancia. Marruecos vendió 579.792 toneladas de tomate a la UE por valor de 999,04 millones de euros en 2024, por las 531.766,4 toneladas a 933,82 millones de euros de España. La realidad del mercado de la UE desbanca a España por 48.025,6 toneladas y eleva a Marruecos, cuya aportación al viejo continente ha experimentado un acelerón de 87.353,5 toneladas en 2024. Las aportaciones del país magrebí han aumentado algo más del 47 % desde 2016, año en el que España alcanzó su techo, un 34 % superior a lo registrado en 2024.
Asimismo, la previsión en 2025 para las ventas de aguacate marroquí al bloque del viejo continente es que supere o equipare a España; y la judía verde, que llegó a ser una opción muy considerada en zonas del sureste peninsular, prácticamente ha desaparecido de las cosechas por la entrada masiva desde Marruecos.
Las producciones marroquíes encuentran en la UE un destino estrella, ya que el tratado comercial permite la llegada de sus productos a un entorno ideal, con los beneficios de acceder al gran público europeo; sin embargo, este favor no se replica en suelo africano.
Marruecos marca más aranceles (y más altos) a los productos españoles que la UE a productos marroquíes. El arancel máximo de la UE a Marruecos es del 81 %, mientras que en el arancel máximo de Marruecos a España es del 200 %.
«Las relaciones comerciales y de inversión entre la UE y Marruecos son importantes: la UE es el principal socio comercial de Marruecos y, junto con Argelia, Marruecos es el mayor socio comercial de la UE entre los países de la vecindad meridional. La UE es también el mayor inversor extranjero en Marruecos», recoge la UE en su página web.
Sólo hay cinco productos con un arancel de la UE a Marruecos superior al 62 %, todos relacionados con los azúcares, y el resto de aranceles son inferiores al 30 %. En el otro sentido, Marruecos sí pone barreras a los productos españoles: hay 13 productos con aranceles del 100 %, dos con el 86 %, uno con el 105 %, otro con el 81 % y la carne de cabra con el 200 %.
La permisividad de la UE con Marruecos abre las puertas europeas con un arancel del 0 % a un total de 5.245 productos marroquíes, práctica que no se lleva a cabo en los mismos términos para España, que disfruta de arancel 0 % en 5.034; es decir, Marruecos penaliza a 211 más productos españoles de lo que hace la UE en la dirección contraria.