Cazadores participan en una batida de jabalíes en Lugo, Galicia (España)

Cazadores participan en una batida de jabalíes en Lugo, Galicia (España)Europa Press

El impacto económico de la caza en España aumenta 3.700 millones de euros en siete años

El objetivo de la Fundación Artemisan es acercar al público la relevancia de la práctica cinegética y poner en valor el papel del sector primario en la
generación y conservación de los recursos
naturales

La actividad cinegética es cada vez más beneficiosa para el país. Así lo evidencia el 'Estudio de impacto económico, social y ambiental de la actividad cinegética en España en el año 2023' realizado por Deloitte para Fundación Artemisan, que destaca que esta práctica genera un total de 10.190 millones de euros de Producto Interior Bruto (PIB), 3.715 millones más que en 2016.

La investigación, que en su segunda edición ya se ha aupado como una referencia absoluta para la gestión y conservación de especies de fauna y flora, destaca los aportes de la caza en varios aspectos la sociedad, tanto para los que la llevan a cabo como para los que no.

La caza contribuye al mantenimiento de 199.000 puestos de trabajo (57.739 más que en 2016), generando 45.642 empleos directos. Además, gracias a la actividad se recaudan anualmente 1.200 millones de euros en retornos fiscales.

Los datos ganan especial relevancia si se analiza su calado en el mundo rural: el 80 % de estos empleos directos se dan en entornos. Además, el 32,6 % de los cazadores vive en municipios de menos de 5.000 habitantes y, para la gran mayoría de ellos, la caza es un factor clave para residir en dichas poblaciones, al mismo nivel que los motivos familiares.

«Somos muy importantes para el medioambiente y la economía española. No somos un sector marginal, ni cuatro amiguetes que se juntan los domingos. Ningún país en su sano juicio pondría trabas a esta actividad. La caza es mucho más que pegar tiro, es una forma de vida creada por nuestros ancestros de la que debemos sentirnos muy orgullosos», ha señalado José Luis López-Schummer, presidente de Fundación Artemisan, en la presentación que ha contado con la secretaria general de Recursos Agrarios y Seguridad Alimentaria del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Ana Rodríguez y la directora de Deloitte, Amaia Quintana, desde el Colegio de Ingenieros de Caminos, en Madrid.

El documento, que pretende servir como herramienta para la reivindicación de la caza mediante la aportación de datos que muestran "su importancia para la conservación en el sentido más amplio, destaca que los cazadores y entidades del sector invierten anualmente 320 millones de euros en conservación.

España cuenta con 43 millones de hectáreas declaradas como coto de caza, equivalente al 85 % del territorio español. De los 320 millones de euros mencionados, 289 millones de euros se destinan a medidas de gestión como el aporte de agua y alimento, siembras y desbroces; y 31 millones a programas de conservación de especies por parte de federaciones y asociaciones de caza.

El número de cazadores ascendió a 577.742 y la cifra de licencias autonómicas es de 891.889, ya que hay cazadores que cuentan con permiso para cazar en varias comunidades.

El gasto medio de un cazadores en España, este se sitúa en torno a los 12.069 euros, principalmente en conceptos de caza mayor, alojamiento, combustible y caza menor; mientras que el gasto medio al año de un rehalero asciende a 14.539 euros, destinados a la adquisición y manutención de los perros, vehículos e infraestructuras para el cuidado de animales. El gasto medio de un titular de coto es de 73.704 euros anuales y el de un organizador de cacerías de 139.384 euros.

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