Primera hamburguesa probeta del mundo

Primera hamburguesa de laboratorio del mundoEuropa Press

¿Burbuja en las industrias que imitan la carne?: «Las inversiones están cayendo»

La posible proliferación de células cancerosas y la interferencia con el sistema endocrino humano, el uso de hormonas y antibióticos, en el foco

Los productos cultivados en laboratorio y que tratan de reemplazar a la carne están bajo el punto de mira, no ya de los consumidores y de los ganaderos, sino de las autoridades encargadas de la seguridad alimentaria.

Las peticiones de importantes compañías dedicadas a estas elaboraciones continúan; sin embargo, cada vez son más las voces que alertan de las contraprestaciones de estas imitaciones de la única carne como tal, la de origen animal.

Somos Ganadería, una alianza de organizaciones relacionadas con la ganadería, alude a las contradicciones que aparecen entre instituciones como la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) y la OMS (Organización Mundial de la Salud) sobre el uso de hormonas y antibióticos.

«Las inversiones en la industria de la carne cultivada están cayendo en picado (...) Este declive se debe a desafíos que, en la actualidad, parecen difíciles de resolver», señala Somos Ganadería, que considera que si bien la carne cultivada en laboratorio pretende ser una alternativa más ecológica a la carne convencional, «la industria aún está en pañales, con importantes lagunas en la información disponible».

La posible proliferación de células cancerosas y la interferencia con el sistema endocrino humano, el uso de hormonas y antibióticos y en definitiva el riesgo de mutaciones incontroladas pone en jaque a estos laboratorios. Al mismo tiempo, la Unión Europea (UE) se muestra inflexible ante el uso de hormonas para estimular la producción, algo que se condena insistentemente cuando se trata el acuerdo con los países de Mercosur (Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil).

Las últimas investigaciones sobre el Análisis del ciclo de la vida (ACV) apuntan a que el impacto ambiental de la carne y los productos lácteos es la mitad de lo que se cree, mientras que para los productos de origen vegetal es casi un 60 % mayor. «Estos hallazgos sugieren que la huella ambiental de los productos cultivados en laboratorio podría superar la de la ganadería tradicional, con impactos de 10 a 50 veces mayores que la carne natural, principalmente debido a la naturaleza intensiva en energía de los biorreactores utilizados para cultivar las células», indica la organización.

Según las estimaciones de la FAO, se espera que el consumo mundial de carne aumente un 14 % hasta 2030. Si esta demanda adicional se satisficiera únicamente a través de la producción de carne cultivada en laboratorio, deteniendo efectivamente la producción tradicional de carne, se requeriría la construcción de casi 150.000 biorreactores, por lo que el impacto ambiental sería más del doble que el de satisfacer la demanda a través de la ganadería convencional.

«Las promesas de una mayor sostenibilidad se basan en dos condiciones esenciales: la producción a gran escala y el uso de energías renovables. Condiciones que, hasta la fecha, nadie ha sido capaz de cumplir», concluye Somos Ganadería.

La alianza condena la falta de similitud de las imitaciones con la carne, así como la repercusión que tendría este reemplazo en la sociedad: «Esto podría deshumanizar uno de los procesos fundacionales de la civilización, menospreciando las tradiciones y el patrimonio cultural. Las repercusiones devastadoras de este cambio podrían ser especialmente profundas en las regiones más pobres del mundo, ya que podría consolidar el poder alimentario en manos de unas pocas élites ya ricas».

Temas

comentarios
tracking