El pavicidio

«Os dais cuenta de a qué lindes insospechadas de progreso nos ha conducido las preclaras políticas progresistas de la izquierda más cool, más cuqui y más animalista de la historia»

Ilustración sobre el pavicidio cometido por el perro generada con inteligencia artificial

Ilustración sobre el pavicidio cometido por el perro generada con inteligencia artificial

Leo ojiplático el siguiente titular en Europa Press: «Investigan a un hombre de Burgos por el ataque mortal de su perro a un pavo real». Continúa la noticia contando que el can se había escapado del recinto donde estaba y andaba valduendo, y como «una vez suelto infligió heridas mortales al pavo real». Literal.

En resumen, que la Guardia Civil estaba sumergida en sesudas investigaciones criminales ante un supuesto pavicidio. La cosa es grave, muy fuerte. Según el atestado de la benemérita el pavo era varón, de etnia y nacionalidad desconocida aún. Apuntan los investigadores que el pavo galleaba cuando el galgo le propinó una mortal dentellada en el pescuezo.

No constan motivos de género, aunque la policía judicial no descarta ninguna hipótesis, ni siquiera la violencia vicaria; fuentes de la lucha contra el narcotráfico no descartan que se trate de un ajuste de cuentas entre el galgo y el pavo. El cadáver fue levantado por el Juez de Guardia en mitad de una gran tensión. Los familiares del pavo, protagonizaron escenas muy duras en las que increpaban al galgo y a su dueño que abandonaron la escena del crimen fuertemente escoltados. La pava ha declarado que se personará como acusación particular para que caiga sobre el galgo criminal todo el peso de la ley. La asociación «Pavos y Gallinas para la democracia» ha anunciado que los hechos podrían ser constitutivos de un delito de odio y que estudian querellarse. La Fiscalía General del Estado ha anunciado que pedirá prisión provisional para el galgo y su dueño.

Desconozco si al pavo le habrán hecho o no autopsia y en tal caso si la podrá hacer el Médico Forense, tendrá que ser un Veterinario o el pollero

Sátiras e ironías aparte, la noticia incita al cachondeo si no fuera porque es real. Es materia prima para una columna de Alfonso Ussía. Que a un señor de Burgos, el dueño del perro, le procesen porque se le escape el animalito y mate a un pavo parece el argumento de una película de Berlanga y Azcona; una reposición animalista del Cipote de Archidona de Cela, donde en vez de procesar a un carajo por causa de siniestro, se encausa a un chucho y a su dueño por un pavicidio. Y como podría decir Cela, «os dais cuenta, mi querido Alfonso, de a que lindes insospechadas de progreso nos ha conducido las preclaras políticas progresistas de la izquierda más cool, más cuqui y más animalista de la historia». Desconozco si al pavo le habrán hecho o no autopsia y en tal caso si la podrá hacer el Médico Forense, tendrá que ser un Veterinario o el pollero.

2023 fue el año en que se modificó el delito de maltrato animal y en el que se aprobó una ley nacional de protección y derechos de los animales que tiembla el misterio. El resumen es que prácticamente todo es delito. El principio de intervención mínima del derecho penal quedó reducido la nada. Tener a las fuerzas y cuerpos de seguridad investigando pavicidios, cabricidios, raticidios o palomicidios, es lisa y llanamente un esperpento. Por muy cool, muy progre, woke, o y muy avanzado que parezca. Entre tanta mugre, tanta corrupción y tanto gasto público desbocado y caníbal, dedicar un minuto a investigar penalmente el óbito de un pavo real raya el ridículo más absoluto y es una metáfora de la realidad del país. Lo avisé, sorna aparte, en mi comparecencia en el Congreso en calidad de experto, criticando la reforma del Código Penal que se aprobó finalmente por los pelos. Garrote para el señor de Burgos y amnistía e indultos para delincuentes condenados en sentencia firme. Hay que echarle.

Son tiempos de marejada, gresca y andamios en la Justicia. Y uno de los males de un sistema sobrecargado es precisamente que causas como esta lleguen a los tribunales, obliguen a la Policía, la Guardia Civil o los jueces a dedicar tiempo y recursos escasos a investigar gallicidios y perder el tiempo tomando declaración al galgo y a su dueño por las «heridas mortales al pavo».

Santiago Ballesteros Rodríguez es abogado en ejercicio y autor del libro Delitos de Maltrato Animal en España

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