Que la UME preñe a la madre y que Tragsa la amamante
España es prácticamente el único país del mundo en el que se caza la mayor en movimiento, mientras que en el resto del mundo sólo disparan sobre animal parado; es decir, que a nivel mundial, los cazadores españoles tiramos divinamente
Efectivos de la UME en la zona en cuarentena por la peste porcina africana
En estas mismas páginas advertía hace escasas semanas que los cazadores somos como una planta centinela y que lo que nos pasa primero a nosotros acabará pasándole al resto de la población. En este caso vengo a denunciar la histérica extensión de lo público y la progresiva eliminación de lo privado. Si sigue así la cosa, todos seremos empleados públicos o semipúblicos; que la UME sea la encargada de preñar a las madres y que Tragsa le dé el pecho a las criaturas. Intentaré ser conciso.
En los actuales parques nacionales está prohibida la caza comercial y deportiva. Pero hay que quitar animales (eso, por fin, ya nadie lo discute), por lo que ahora se contrata a Tragsa (la «paga novias del Gobierno») para que mate esos animales. Es decir, peor y mucho más caro.
Semejante estupidez, que llevará a pagar demasiado a la empresa «paga novias» y a indemnizar a los propietarios de los terrenos, ahora viene superada en cretinez por la petición de que sea la UME la que reduzca la densidad de jabalíes en unas zonas de Cataluña donde se han detectado casos de peste porcina en esos suidos. Intento explicarlo.
La fortaleza de un país reside en su conjunto y mal va el que hace recaer todo su potencial en supuestos «equipos de élite». Pongo un ejemplo bélico (ahora que hablamos de la UME). En la II Guerra Mundial Alemania contaba con sus fantásticos panzer, pero el porcentaje de ciudadanos que sabía conducir y que eran mecánicos era muy inferior al de USA, quienes volcaron su industria en la fabricación de los Sherman, enormemente más baratos, de mecánica sencilla y que los arreglaban los propios tanquistas (muchos de ellos mecánicos en la vida civil) con martillo y soldadura. Su movilidad en manos de expertos conductores superaba a los panzer alemanes, pese a que estos eran técnicamente mejores. Los teutones tenían que empezar por enseñar a conducir a sus tanquistas mientras que los americanos hacían diabluras con ellos desde el primer minuto. Pues bien, las batallas de carros las ganaron los de USA.
Lo digo con todas las letras: matar, que ya estoy harto de eufemismos
Pues algo parecido está ocurriendo en España cada vez que hay que matar animales silvestres (y lo digo con todas las letras: matar, que ya estoy harto de eufemismos). España es prácticamente el único país del mundo en el que se caza la mayor en movimiento, mientras que en el resto del mundo sólo disparan sobre animal parado; es decir, que a nivel mundial, los cazadores españoles tiramos divinamente. Tenemos toda una cultura del uso de perros para sacar venados y jabalíes de la espesura del monte y hacerlos llegar a las posturas donde los cazadores son capaces de afinar la puntería sobre animales que no entran precisamente al paso. En el resto de Europa eso no existe ¿Y van a venir ahora la UME y Tragsa a hacerlo? Me carcajeo imaginando a los militares disparando con sus 5,56 y su munición de guerra ¿O lo harán con proyectiles del 12,70? ¿Batirán el monte con drones o a morterazos?
Pero más grave que la estupidez del remedio que se pretende es lo que subyace detrás. Nada más y nada menos que una ideología que pretende la monopolización de lo público en cualquier actividad en el agro. Lo que se prohíbe a los ciudadanos se le permite a las empresas públicas, porque lo privado siempre es malo y lo público es bueno por ley.
Ríanse ahora los urbanitas, que dejarán de hacerlo cuando ese totalitarismo económico y de la propia libre actividad humana pase a sus entornos. Cuando cualquier actividad pueda ser nacionalizada o intervenida. Cuando se prohíba la sanidad privada y se prohíba tener más de una casa (o incluso tener la única). Entonces se acordarán de lo que viene sufriendo el mundo rural desde hace decenios y se tirarán de los pelos por no haberse dado cuenta de lo que les venimos contando.
El sentido común patrio está bajo cero y lo peor es que se ha llegado a creer que lo bueno sólo puede llegar directamente desde la Administración. Pero pasan las semanas, la peste continúa y nadie le ha puesto el cascabel al gato, pese a que el mundo civil de España es capaz de ejecutar esas batidas en pocos días. Tanta es la estupidez que bastantes llegamos a temer que ante lo que estamos es ante la inteligente fabricación de una alarma para tapar otros males, o para justificar más limitaciones de derechos y libertades. Al fin y al cabo, el COVID (que existió y no lo niego) sirvió de magnífico laboratorio social. Ya pueden hacer con nosotros lo que quieran al toque de la corneta de la alarma sanitaria.
Definitivamente, la culpa no es de los jabalíes, sino de los imbéciles que administran y gestionan las alarmas sanitarias.
- Antonio Conde Bajén es miembro del Real Club de Monteros