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Imagen de la fachada del edificio del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO)EFE

Testimonio

Los científicos del CNIO, sobre la última trama de corrupción: «Pensarán que esto es una cueva de ladrones»

En declaraciones para El Debate, varios de los trabajadores han lamentado como la última polémica que rodea a la institución vuelve a dejar a la ciencia española muy tocada

Casi un año después de 'cerrar' uno de los capítulos más oscuros en lo que a la investigación contra el cáncer se refiere, el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) vuelve a estar en el ojo del huracán. Tenemos que retroceder al pasado para poner un poco de contexto. El 29 de enero de 2025 el patronato del centro destituyó por unanimidad a la directora científica, María Blasco, y al gerente del centro, Juan Arroyo.

Las polémicas adjudicaciones millonarias, unido al mal ambiente laboral que imperaba en uno de los centros oncológicos por excelencia, fueron los detonantes de una controvertida situación que ha protagonizado un nuevo capítulo en los últimos días.

Tal como adelantó El Debate, la Fiscalía de Madrid se encuentra investigando una presunta trama de contratos amañados adjudicados durante los años en el que la entidad estuvo dirigida por Blasco. En concreto, el exdirector de operaciones del CNIO denunció ante la Fiscalía Anticorrupción esta supuesta trama de adjudicaciones irregulares. En palabras del denunciante, esta «organización» habría desviado más de 20 millones de euros a través de distintas organizaciones relacionadas con antiguos cargos.

María Blasco y Juan ArroyoEl Debate

El denunciante, trabajador del centro durante veinte años –y que perdió su puesto en los últimos meses–, señaló a El País que presentó la denuncia cuando comenzó a revisar las cuentas del CNIO a finales del año pasado. Ante esta situación, el centro se encuentra inmerso de nuevo en una supuesta espiral corrupta que ha afectado en gran medida a la excelente labor científica que desempeñan sus trabajadores.

«Me parece feo que desde un puesto de responsabilidad se construyeran empresas para beneficiarse de los servicios que requiere el centro», detalla a El Debate uno de los jefes investigadores del CNIO.

En palabras de varios trabajadores, la última denuncia «está basada en los colaboradores más estrechos» del exdirector de operaciones: «Mi impresión es que el antiguo gerente es un tipo muy listo y no se va a poner la soga él solo».

Tal como detallan a este periódico algunos trabajadores del centro, a pesar de que la irregularidad de los contratos dependen del proceso de selección, «eso no quiere decir que sea ilegal, solo que es difícil de probar».

Independientemente de las consecuencias legales que este proceso tenga para varias de las antiguas figuras de la cúpula del CNIO, la realidad es que esta nueva trama vuelve a dejar a la ciencia de España, vuelve a quedar realmente tocada.

«Lo más triste, lo que más afecta, es la mala reputación que nace en el centro. Cualquier persona que no sepa los tejemanejes de aquí dentro piensa que esto es una cueva de ladrones, y eso es devastador para la reputación del centro y de la Agencia Española. Para mí, lo peor es la imagen que da al exterior: que parece que aquí estamos de juerga y gastando el dinero del contribuyente», señalan las mismas fuentes de la institución.

A pesar de que este proceso podrá extenderse meses hasta la celebración del juicio y no existe un horizonte claro, los investigadores optan por mantenerse positivos.

«La parte científica ha tenido un relevo, hay un nuevo director que está aterrizando, y eso nos ha dado esperanzas y tranquilidad, aunque las decisiones afectarán a unos y beneficiarán a otros», concluyen.

A la espera de conocerse más detalles, está previsto que en las próximas horas el mismo patronato que sustituyó a Blasco y Arroyo a inicios de año vuelva a reunirse con carácter extraordinario para analizar la situación actual del centro.