El verdadero origen del apodo Camarón

Han pasado 31 años desde la muerte de Camarón de la Isla, en julio de 1992, y la «voz del alma» (María del Monte dixit) sigue viva. El Lazos de sangre de este martes estuvo dedicado al cantaor de San Fernando. Por primera vez se reunieron en la televisión los cinco hijos del artista –la primera fue la única que no tuvo con Dolores Montoya– y se revelaron curiosidades varias.

Una de ellas es que fumaba «tres o cuatro paquetes al día», como recuerda su viuda, Dolores Montoya, La Chispa, sobre su marido, que falleció víctima de un cáncer de pulmón.

Otra es que el líquido elemento no era del agrado del cantante con nombre de crustáceo. «No le eches mucha agua, que ya sabes que a él no le gustaba el agua», comentan sus hermanas Isabel y Remedios mientras limpian la estatua del espectacular mausoleo del cantante.

Y, ya puestos, se aclaró el origen del apodo. Se ha contado hasta la saciedad que lo bautizó así un tío suyo, Joseico, que creía que su cabello rubio y su piel clara no se correspondía con el típico aspecto calé, sino más bien, unidos a su delgadez, semejaba más el de un camarón. Pero en realidad no es así. O al menos así lo precisan dos hermanas del artista, Isabel y Remedios. Joseico observó una característica de aquel niño: «Siempre está saltando de un lado para otro». Se movía mucho. «¿Este niño dónde se ha metido? Te voy a poner Camarón», anunció su tío, que puso apodos a gran parte de la familia.

Y Camarón se le quedó. El apellido «de la Isla» llegó después. Porque unas veces «estaba en la isla» y otras «estaba en el puerto», recuerdan las hermanas. San Fernando, donde nació, está ubicado en la isla de León.