Bonhoeffer, el espía, se estrena en los cines este viernes 16 de mayo
Crítica de cine
'Bonhoeffer, el espía', la película sobre el teólogo que se manchó las manos contra los nazis por su fe
El filme dirigido por Todd Komarnicki intenta sumergirse en la conciencia, el drama personal y los conflictos interiores que tuvo Bonhoeffer
A muchos lectores les sonará Dietrich Bonhoeffer como un teólogo protestante alemán del siglo XX. Pero quizá no todos conozcan sus peripecias en la Alemania nazi, donde se destacó públicamente denunciando la ideología nacionalsocialista, la persecución de los judíos y la entrega de gran parte de la iglesia evangélica alemana a los designios del III Reich. No se limitó únicamente a proclamar de palabra su condena del nazismo, sino que se involucró en uno de los muchos intentos fallidos que hubo de acabar con la vida de Adolf Hitler. Pero en este caso, ese intento acabó con la vida del propio Bonhoeffer, ahorcado por los nazis en abril de 1945, con 39 años, solo unos días antes del hundimiento del régimen y del suicidio de Hitler.
Estas hazañas son las que cuenta la película escrita y dirigida por el norteamericano Todd Komarnicki, rodada entre Irlanda y Bélgica y distribuida internacionalmente por Angel Studios (The Chosen). Todd Komarnicki tiene en su haber magníficos guiones, como los de Entre la razón y la locura (2019) o Sully (2016). El actor alemán Jonas Dassler es el encargado de encarnar a Bonhoeffer, y el también alemán August Diehl, muy conocido por su papel en Vida oculta, representa a un obispo luterano amigo de Bonhoeffer.
La película se estructura con desorden cronológico alternando escenas de distintos momentos de la vida de Bonhoeffer. Como es un hecho histórico de sobra documentado y conocido, la gracia no está en mantener el suspense y evitar los spoilers, sino en ahondar en la conciencia, en el drama personal y en los conflictos interiores del personaje. Y eso se consigue con la ayuda de unos secundarios muy ricos, como sus padres, sus compañeros de seminario o, por contraste, los clérigos entregados al nazismo.
La puesta en escena es muy clásica, nada vanguardista, pero la historia es tan potente que interesa y conmueve a partes iguales. Por otra parte, el testimonio de fe está muy bien planteado, con mucha nitidez, incluido el dilema moral que supone para un cristiano y pastor plantearse el colaborar con un plan para matar, aunque sea al tirano. El guion construye un personaje lleno de valor y coherencia, que no tiene miedo a morir por su fe y que es capaz de perdonar a sus verdugos. En ese sentido, es muy interesante el hecho de que Bonhoeffer comparta celda con un nazi caído en desgracia, un hombre pagano y escéptico, el cual no tiene más remedio que rendir su razón ante la evidencia de un testimonio tan elocuente.
La película ilustra un contexto poco conocido para el público español, como es la posición de las iglesias protestantes alemanas ante el nazismo. Durante los años veinte, surgió un movimiento dentro de la Iglesia Evangélica Alemana llamado Cristianos Alemanes, que asumieron muchos de los aspectos racistas y nacionalistas del nazismo. En los años treinta propugnaron la creación de una «iglesia del Reich». Frente a ello, Bonhoeffer perteneció a la «Iglesia Confesionista», que declaraba que la iglesia debía fidelidad a Dios y a las escrituras, y no a un Führer que se cree Dios.