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25 de abril de 2024

La bailarina Anne Sophie Turion, a la derecha, conversa con los robots controlados remotamente por los 'hikikomori' Seiji Yoshida, en el centro, y Matsuda, a la izquierda.

La bailarina Anne Sophie Turion, a la derecha, conversa con los 'hikikomori' Seiji Yoshida, en el centro, y Matsuda, a la izquierda.AFP

El arte al rescate de los 'hikikomori', el extraño caso de los japoneses que se aislan de la sociedad

Se trata de un fenómeno social en Japón, que afecta a más de un millón de personas entre 15 y 64 años, debido a que el país nipón no trata los problemas mentales de niños y adolescentes

Los «hikikomori» constituyen un fenómeno social en Japón que afecta a más de un millón de personas entre 15 y 64 años. «Japón no previene y no trata los problemas mentales de niños y adolescentes», lo que provoca en la edad adulta estas situaciones de retiro social ante la fuerte presión educativa y profesional, estima Nicolas Tajan, psicólogo en la Universidad de Kioto. «Los hikikomori están mal percibidos sobre todo porque no trabajan» y «el trabajo es realmente un elemento muy importante de la identidad japonesa».
«Es un problema social . La sociedad les ha hecho creer que el problema venía de ellos», lamenta Atsutoshi Takahashi, mediador de New Start Kansai, una asociación local que acompaña a las personas que sufren o han sufrido esta situación.
Anne-Sophie Turion y Eric Ming Cuon Castaign

Anne-Sophie Turion y Eric Ming Cuon CastaignAFP

Incapaces de salir de su casa, muchos ni siquiera lo hacen de su habitación, tres millones de jóvenes viven en Japón como ermitaños, en ciertos casos durante años. Yuichi Kurita tenía 19 años cuando se encerró en su apartamento, del que no salió nunca durante doce años. Se despertaba a las cuatro de la tarde y pasaba la noche entera mirando la televisión o jugando con el ordenador y se acostaba por la mañana.
«Estaba medio muerto. Fue como si hubiera estado atrapado en un túnel oscuro durante 12 años», explica Kurita, que hoy tiene 34 años de edad.

Robots y grabaciones

En colaboración con la asociación New Start Kansai, dos artistas franceses, Eric Minh Cuong Castaing y Anne-Sophie Turion, preparan Hiku, un espectáculo que mezcla coreografías y nuevas tecnologías. Las grabaciones de las manifestaciones organizadas por la asociación (un hecho raro en Japón) formarán parte del decorado. Y tres robots controlados a distancia por «hikikomori» desde sus casas se harán con el escenario, dejando mensajes en el suelo o interpelando a los espectadores. Para algunos «hikikomori», «ya es un desafío acogernos entre ellos y hablarnos», dice Turion.
Pero el hecho de ser extranjeros facilita las confidencias «porque no hay un juicio» y el diálogo es «menos frontal» al pasar por un intérprete, analiza. «Hemos descubierto personas que se han sentido más cercanas de lo que podríamos pensar», añade.

'Hiku'

Este es precisamente uno de los objetivos de Hiku, cuyas funciones empezarán en 2023 en Francia y otros lugares de Europa. Los «hikikomori» nos dan «formas de reflexionar sobre nuestra vida», dice Castaing.
«Vivir es una manifestación», escribe un antiguo «hikikomori». «Yo no sé lo que tiene mi hijo, y consecuentemente no puedo encontrar un remedio», dice Toshio Shimazaki, de 61 años de edad y padre de un «hikikomori» de 28 años de edad, que lleva seis encerrado. Sumiko Fujimori, de 62 años, madre de un ermitaño de 37 años, cuenta: «No soportaba más su trabajo. Un día lo encontré sentado en su cama, como la mirada perdida».
This photo taken on May 20, 2022 shows French visual artist and dancer Eric Minh Cuong Castaing (R) at a park preparing banners to be used in a demonstration staged by former "hikikomori", or shut-ins, and their friends in Takatsuki, Osaka prefecture. - Through an experimental theatre project, two French artists are hoping to offer Japan's socially isolated hikikomori who are recovering a chance to express themselves and regain self-confidence. (Photo by Kazuhiro NOGI / AFP) / TO GO WITH Japan-France-culture-theatre-hikikomori,FEATURE by Etienne BALMER

Eric Minh Cuong Castaing, a la derecha, en un parque preparando carteles para ser ussados en un demostración por un antiguo 'hikikomori'AFP

Las causas que hacen que una persona se convierta en «hikikomori» siguen sin conocerse según los expertos, cuyos cálculos indican que el 40 % llegan a ese estado sin ningún motivo. Esta es la razón por la que el arte quiere ayudar a los «hikikomori». Una tarea, la de su recuperación, cuyo principal pregunta es si la sociedad japonesa está dispuesta a afrontarla.
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