Fundado en 1910

02 de mayo de 2024

Marcelino Oreja Elósegui ya tiene quien le escriba

Marcelino Oreja Arburúa, la autora Lara Nebreda y Manuel Oreja Arburúa, en la presentación de Marcelino Oreja Elósegui. Fe y vocación públicaEl Debate

Presentación de su biografía

Marcelino Oreja Elósegui ya tiene quien le escriba

La autora, Lara Nebreda Martín, doctora en Ciencias de la Documentación, ha reconstruido la vida del empresario, político y católico vasco con la ayuda de la familia

Dice Lara Nebreda Martín, autora de Marcelino Oreja Elósegui. Fe y vocación pública (CEU Ediciones), el libro presentado el jueves en en el salón de actos del Colegio Mayor Universitario San Pablo de Madrid, que el impulso de la obra surgió del deseo de Marcelino Oreja Aguirre, político y diplomático español (actualmente presidente del Real Instituto Universitario de Estudios Europeos de la Universidad CEU San Pablo), de conocer la vida de un padre al que no conoció, asesinado en Mondragón el 5 de octubre de 1934, cuando a aquel apenas le quedaban cuatro meses para llegar al mundo.
Si la vida del padre se segó poco antes antes de que comenzara la del hijo, no es difícil imaginar y tener la suerte de comprobar la emoción de una familia en el cumplimiento de un anhelo. Alfonso Bullón de Mendoza, presidente de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), en la que ingresó el biografiado en los años veinte del pasado siglo (fue fundada en 1908 por el Padre Ángel Ayala), destacó el pluralismo ideológico que ha caracterizado a la asociación desde aquellos primeros años.
El presidente de la ACdP, Alfonso Bullón de Mendoza

El presidente de la ACdP, Alfonso Bullón de MendozaEl Debate

Fidel Herráez, obispo emérito de Burgos, habló de la enorme dimensión religiosa cristiana que emerge de la obra en la figura del desaparecido político y empresario vasco. La «vivencia de la fe» que le guio en todos sus pasos vitales, profesionales, familiares y final y trágicamente políticos. La «vida ejemplar» que recordó grosso modo y sin embargo a finos trazos su sobrino nieto Jaime Mayor Oreja. Su tradicionalismo: «Todo lo que no es tradición es plagio», citó de su pariente y de la coetaneidad y cercanía del padre, Benigno, el primer urólogo español de renombre, con Sabino Arana, el fundador del PNV, y su familia.

Fe y tradicionalismo

Y de cómo después ambos tomaron direcciones distintas tras la derrota del carlismo al que pertenecían. Aquel hacia la creación de una patria vasca enemiga de España y el buen médico hacia la educación de los hijos y hacia España «para que no se les cerrasen puertas», a pesar de las privaciones para la familia que iban a suponer los estudios de Marcelino, que, siendo el menor de los hermanos, siempre fue el tutor y guía de la familia. El joven Marcelino se hizo ingeniero de caminos y también se licenció en Derecho. Cuando terminó sus estudios Ángel Herrera Oria, presidente de la ACdP, le envió a Estados Unidos junto a Francisco de Luis y Manuel Graña para que estudiaran los nuevos medios de comunicación estadounidenses para aplicarlos a El Debate, este mismo diario, fundado en 1910.
Jaime Mayor Oreja durante la presentación del libro

Jaime Mayor Oreja, durante la presentación del libro

Dijo Mayor Oreja que amaba a la «gentes vivas», el hombre en proceso de beatificación que le escribió un poema a la muerte cuando perdió a sus padres. La propia muerte que le iba a llegar a él no muchos años después. Mayor Oreja concluyó su intervención recordándole a su tío presente, el hijo que no llegó a conocer al padre: «La orilla que te faltaba está más viva y más presente que nunca». Hasta cuatro Marcelinos se hallaban presentes: el padre, el hijo, el nieto y el biznieto.
Subieron a la mesa los nietos, Marcelino y Manuel, junto a la autora, y en el coloquio se supo del esfuerzo familiar para reconstruir los pasos del primer Marcelino, de su primera juventud, de sus estudios, de sus logros empresariales, de su dedicación familiar, de su compromiso con la Iglesia (presentes en el acto se encontraban el cardenal Antonio María Rouco Varela y el nuncio apostólico en España, Bernardito Auza) de su fe y de su última faceta política entendida como un «servicio a los demás». Impulsado por la última encíclica del Papa y por el ánimo de su mujer, Pureza, dijo el nieto, Marcelino Oreja Arburúa, que se presentó a las elecciones de 1931 y 1933 «en contra del liberalismo salvaje, del socialismo y del marxismo», oponiendo su tradicionalismo y los fueros, pero siempre dentro de España.
Contó la autora que las amenazas de muerte le llegaron a gritos desde fuera, estando él y su mujer en casa. «En una Mondragón muy dividida y proclive a la instauración de un régimen revolucionario», añadió Manuel Oreja. El matrimonio se arrodilló a rezar el rosario y a las ocho de la mañana llamaron a la puerta. Dijeron: «Que baje el amo», y el amo bajó y se lo llevaron y le dispararon cinco veces en la Casa del Pueblo, pero no murió en el momento. Unos chicos recogieron el cuerpo y lo llevaron a casa y allí pudo recibir la extremaunción antes de apagarse para siempre la luz que siempre llevó consigo y que iluminó el Congreso de los Diputados los días posteriores a su asesinato, donde todas las fuerzas políticas le homenajearon como ochenta años después su familia y los amigos de esta, cuando al fin Marcelino Oreja Elósegui, al contrario que el coronel de García Márquez, ha tenido quien le escriba.
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