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24 de abril de 2024

'Hombre escribiendo en su estudio' (1885), de Gustave Caillebotte

'Hombre escribiendo en su estudio' (1885), de Gustave Caillebotte

«Hola María», ¿cuál es la grave falta de ortografía que contiene esta frase?

La del vocativo, término que hace referencia a una apelación y no a un sujeto, es la coma más olvidada en español

Quizá la razón del olvido casi patológico al escribir de esta coma se debe al habla. El carácter de entonación del vocativo (eso que parece un sujeto, pero no lo es) hace que en la pronunciación apenas se distinga, por lo que en la escritura desaparece. El vocativo puede ir al principio, en el medio o al final de la oración.
«Hola, María», es el último ejemplo. Los otros dos son «María, abre la ventana» y «Abre la ventana, María, por favor». Ese sujeto que no es, esa entonación: el vocativo, se expresa con una coma. Con la coma del vocativo: la versión escrita de la pausa oral. Y no es trivial su desuso, sino una falta grave de ortografía (en realidad de sintaxis, si se apunta con precisión a la diana, pues desvirtúa el significado de lo que se quiere decir, en algunos casos de forma grotesca, por completo).
Ejemplar de 'Ortografía de la Lengua Española' (1815)

Ejemplar de 'Ortografía de la Lengua Española' (1815)

Es frecuente, por no decir casi una plaga, el hecho de que se prescinda de la coma del vocativo en los encabezamientos de, por ejemplo, los correos electrónicos: «Buenos días María», en lugar de «Buenos días, María». La Ortografía de la Lengua Española señala que vocativo es «la palabra o grupo de palabras que se refieren al interlocutor y se emplean para llamarlo o dirigirse a él de forma explícita».

«María come» y «María, come»

Es casi una cuestión de orden, en contraste con el desorden que reina en la sintaxis. Luis Eduardo Aute dijo que el mundo se dividía entre taurinos y no taurinos, y también se podría decir que el mundo se divide entre los que escriben la coma del vocativo y los que no. Y es cierto que da una sensación de orden, de limpieza, de pulcritud (El «limpia, fixa y da esplendor» de la antigua Ortografía) incluso estética, más allá de lo que se quiere decir, porque no se dice lo mismo cuando se escribe «María come» que cuando se escribe «María, come».
En el primer ejemplo se expresa la acción de que María está comiendo, y en el segundo se avisa, se llama, se apela a María, gracias a la coma, para decirle, precisamente, que coma. Una ausencia que puede ser un olvido o un desconocimiento y en cualquier caso una falta grave de uso corriente.

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