Cristina Iglesias presenta en ARCO dos grabados en honor al «templo de lo imaginario»
Para la escultora, el Museo del Prado es «el templo de lo imaginario». En las obras que va a exhibir en Arco Madrid 2023 profundiza en el diálogo entre su obra y los paisajes velazqueños.
La autora de las puertas de bronce de la ampliación de Moneo del Museo del Prado, Cristina Iglesias profundiza en el diálogo con las dos vistas del jardín de la Villa Medici de Velázquez en la edición de ARCO de este año. Con motivo de una nueva colaboración con la Fundación de Amigos del Museo del Prado, la escultora va a recaudar fondos que apoyen al Museo. Inés Cobo, encargada de esta propuesta, nos cuenta que la participación de artistas contemporáneos en la exposición y venta de obra gráfica «es una manera de acercar el Prado desde otro punto de vista, desde otra perspectiva actual y con esas lecturas renovadas». La iniciativa empezó en 1989, han contado con más de treinta artistas y han producido tres ediciones desde entonces.
Gracias al testimonio de Inés Cobo como representante de la Fundación y a las declaraciones de la artista, que han quedado registradas en un vídeo, podemos acercarnos a este proyecto.
El misterio del umbral
La poética de los dos grabados de Cristina Iglesias presenta una narrativa desprendida de su mirada al posarla de nuevo en estos cuadros de Velázquez, datados alrededor de 1630. Titulados Vista del jardín de la Villa Medici en Roma y Vista del jardín de la Villa Medici en Roma con la estatua de Ariadna, ya inspiraron a la artista para el encargo de las puertas y son consideradas un hito en la Historia del Arte por ser tempranos precedentes del movimiento impresionista.
Cristina Iglesias retoma el elemento central de los lienzos de Diego Velázquez: la arquitectura clásica con tres arcos, donde, en uno de los casos, se encuentran parcialmente tapados. Como si se trasladase al mismo entorno, ha reproducido la vegetación en el fondo, mientras en primer plano unas arquitecturas de esparto trenzado crean sus propias mirillas. Sus grabados son un monumento a la posibilidad de imaginar lo que habría al otro lado de la tapia.
Viajar a través de los cuadros
Otro de los mensajes que la escultora ha compuesto para la ocasión es el del papel de la mirada sobre la obra para disparar la imaginación del espectador. Señala que «podemos realizar este viaje de diferentes maneras y siempre nos va a afectar la memoria, aquello que hemos visto, aquello que recordamos, a aquello que miramos». Por eso incide en que, tanto en su caso como en el de todos nosotros, podemos revisitar los cuadros sin límite, pues las «lecturas son infinitas».
Estos dos grabados de Cristina Iglesias, por tanto, son otro pasadizo desde la ciudad al jardín. Al hilo de esta idea recuerda que concibió las puertas de la ampliación como un «umbral entre la ciudad y el templo de lo imaginario que es el Museo del Prado».