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Marina Abramovich en Ritmo 0Twitter

Las 'performances' más demenciales de la historia: ¿no tiene límite la locura en nombre del arte?

De Marina Abramovic, que lleva su cuerpo hasta experiencias límite donde la muerte se trata con la misma naturalidad que la vida, hasta Hermann Nitsch, que sentó las bases del accionismo vienés en actividades performativas donde se derrama sangre, se mutilan cuerpos y se realizan diversos sacrificios

desde los años 50, junto a la popularización de los happenings, han surgido las llamadas performances, actuaciones artísticas que suelen tener por objetivo denunciar el mundo actual o suscitar preguntas trascendentes. Se trata de arte en vivo (performance), una corriente derivada del arte conceptual. Como arte, no es el objeto sino el sujeto el elemento constitutivo de la obra artística.
Según proponen sus ideólogos, si la violencia estructural no se regula a través de las instituciones, se afronta a través del acto performativo. Dentro del arte en vivo, el accionismo toma el cuerpo como nuevo instrumento de expresión, avanzando hacia la destrucción, la muerte y la resurrección, como explica la crítica catalana Pilar Parcerisas, y convirtiendo el arte en regulador en un sentido catártico y de autoliberación.
Sin embargo, dentro del arte de la performance ha habido ciertas expresiones que han pasado a la historia, bien por su capacidad para cuestionar los cánones establecidos, bien por sus altas dosis de provocación, bien por su brutalidad. En el último caso, es sabido que cuanto más demenciales, mejor. A causa de ello, muchos artistas deciden dar rienda suelta a su creatividad y realizar actos chocantes, eludiendo cualquier tipo de belleza y provocando asco, espanto, horror o incluso pánico en el público.

Un perro hambriento, observado hasta morir

El artista Guillermo Vargas (San José, 1975), más conocido como Habacuc ,presentó en la Galería de Arte Códice su Exposición Nº1 (2007). Esta consistió en dejar morir a un perro famélico que Habacuc se había encontrado en la calle. Frente a las múltiples críticas que recibió, este se defendió denunciando la hipocresía y pasividad de la gente: «Nadie llegó a liberar al perro ni le dio comida o llamó a la policía. Nadie hizo nada», comentó. Durante varios días, tanto el autor como los visitantes de la galería presenciaron impasibles la agonía del pobre animal hasta que finalmente murió de inanición.

Los visitantes observando al perroYouTube

Un clásico de la 'perfomance'

Marina Abramovich (Belgrado, 1946) debe ser una de las artistas performers más famosas de todos los tiempos. Muchas de sus instalaciones de arte han logrado fama mundial, siendo uno de ellos el inesperado y bonito encuentro con su expareja Ulay, después de separarse, a través de una performance: tras recorrer la muralla china y reencontrarse en la mitad, nunca se volverían a ver... hasta que ella realizó una performance en el MoMA y él apareció.
En otra ocasión, Abramovich puso a prueba a su audiencia con Ritmo 0, una performance que tuvo lugar en Nápoles en 1974. Desde objetos inofensivos hasta cuchillos y una pistola fueron puestos a disposición de los visitantes para, a su placer, los utilizaran sobre el cuerpo de la artista serbia. Al principio las personas eran cuidadosas, no se atrevían a hacer mucho, pero a medida que iba pasando el tiempo, la performance terminó siendo un maltrato sobre la artista: un hombre llegó a cortarle el cuello, la laceraron e incluso otro asistente le apuntó con la pistola.

Los objetos y el resultado sobre el cuerpo de Marina Abramovic en su performance 'Ryhtm 0'

Sangre, vísceras y rituales paganos

En un mundo sin creencias, la carne parecía la única verdad, y es lo que Hermann Nitsch (Viena, 1938 – Mistelbach, Austria, 2022), que sentó las bases del accionismo vienés, representa en su Teatro de Orgías y Misterios. Exorcismo del dolor a través de la expresión del erotismo y empleo de la tragedia misma como técnica artística: la destrucción al servicio de la creación.
El vienés es especialmente conocido por su brutal performance Dark Mofo. 150. Action: crucifixiones (simuladas), niños, sacrificios animales y participantes empapados de sangre retorciendo las entrañas de los cadáveres se unieron en esta masiva 'actuación'. A causa de ello, fueron enviadas a Nitsch muchísimas críticas y denuncias que no lograron detener su carrera.

Los participantes de la performance 'Dark Mofo. 150. Action' acabaron cubiertos de sangreOlivier Varenne

Cirugías en directo

La artista francesa Orlan (Saint-Étienne, Francia, 1947) se caracteriza por sus performances quirúrgicas realizadas en vivo. Ella, deseosa de cambiar de apariencia para convertirse en una obra de arte viva, no vacila a la hora de mostrar cómo su cara es horriblemente abierta en el momento de la cirugía.
La culminación de su arte llegó en 1990 con La reencarnación de Saint Orlan, en la que se sometió a nueve intervenciones para transformar su cuerpo en un ser híbrido compuesto por trozos sacados de diversas pinturas o esculturas: la barbilla de la Venus de Boticcelli, la frente de la Monalisa de Da Vinci, la boca de El rapto de Europa de Boucher, los ojos de la Psique de Gérôme y la nariz de una escultura de Diana.

Orlan a punto de someterse a una de sus performanceYouTube

Disparado en nombre del arte

El artista Chris Burden le pidió a un amigo que le disparara con un rifle del 22 mientras él se quedaba quieto contra la pared de la galería de arte. «En este instante, yo era una escultura», dijo Burden de esta pieza que habita en algún lugar entre la estupidez y el arte más sesudo y conceptual. Años después llegarían los tipos de Jackass a hacer más o menos lo mismo (actividades innecesariamente arriesgadas, peligrosas y dolorosas) pero sin esa solemnidad que da estar en una galería de arte.

Momento en el que Chris Burden es disparado

En el vídeo se aprecia cómo a Burden le atraviesan el brazo de verdad y el artista sintió verdadero dolor, que es el elemento con el que trabajaría a partir de entonces este creador de body art (cuando el cuerpo es la herramienta y el material de la pieza), desde crucificarse en un coche hasta arrastrase por vidrios rotos con el torso desnudo.
En «Shoot», además de hacer algo «increíblemente estúpido», Burden quiso reflexionar sobre temas como la indefensión, la confianza en los demás, el sacrificio, la violencia… Eran los tiempos de la guerra de Vietnam y Burden veía a diario por la TV a chicos de su edad atravesados por balas en actividades tan absurdas como una performance de arte.