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26 de abril de 2024

Joselito el Gallo y Morante de la Puebla

Joselito el Gallo y Morante de la PueblaTwitter/EFE

El vestido de Morante idéntico al que vistió Joselito en el mismo lugar más de un siglo antes

En la Feria de San Miguel de 1915 Joselito el Gallo, ídolo del de La Puebla, cortó de turquesa y azabache la primera oreja de la historia de La Maestranza

Joselito el Gallo es el espejo preferido de entre todos en los que se mira Morante de la Puebla. Turquesa y azabache o azul celeste e hilo negro o jacaranda y violeta son los colores preciosos del traje con los que el torero del momento (y de una época o de muchas) se vistió de Gallito para hacer historia. José Gómez Ortega se puso ese vestido en la Feria de San Miguel de Sevilla el 30 de septiembre de 1915. Joselito actuó entonces en seis tardes maestrantes como Morante más de un siglo después. Y aquella primera tarde del vestido turquesa y azabache, o azul celeste e hilo negro o jacaranda y violeta, fue la tarde de la primera oreja que se cortó en el coso sevillano.
Los paralelismos entre ídolo y entusiasta no acaban ahí. Pese a lo que se pueda imaginar, no siempre se concedieron las orejas del toro a los triunfadores. Desde tiempos lejanos era un premio que se daba rara vez. El torero podía disponer del animal, de su carne para consumo o para comercio, Pero Joselito (como su émulo Belmonte y su par Morante) rompió el molde de la tradición gracias al reconocimiento audaz del presidente Antonio Filpo Rojas, que sacó el pañuelo prohibido ante la indignación de los tendidos que tuvieron que asimilar el hecho porque también estaba Belmonte para revolucionarlo todo.
Entre El Gallo y El Pasmo de Triana repintaron la tauromaquia al modo en el que lo hace Morante en el XXI. No es que estuvieran prohibidos los rabos en La Maestranza (Belmonte cortó el primero en 1919) como las orejas en tiempos de Joselito (firmado en documento por el alcalde de la época, el notario y los toreros «Bombita» y «Parrao»), pero más de medio siglo sin cortarse ninguno hacían entrever una costumbre tácita que el presidente el pasado 26 de abril, José Luque Teruel, hizo saltar por los aires como si se hubiera puesto el mismo vestido (traje) que aquel Antonio Firpo como Morante el de su ídolo. El vestido que la familia de Firpo conservó (como la cabeza de Cantinero, el Santacoloma desorejado aquel principio de otoño de 1915) para que lo viera Morante y volviese a hacer historia.
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