Fundado en 1910

16 de mayo de 2024

Elizabeth Duval junto a Yolanda Díaz en un acto del partido Sumar

Elizabeth Duval junto a Yolanda Díaz en un acto del partido SumarInstagram Elizabeth Duval y Sumar

Quién es la escritora y activista Elizabeth Duval, la nueva mano derecha de Yolanda Díaz en Sumar

Graduada en Filosofía y Letras en la Universidad de la Sorbona de París, esta mujer trans se ha convertido en portavoz en materia de feminismo, igualdad y derechos y libertades LGTBI

Nació en el año 2000, pero parece llevar la delantera a muchos grandes pensadores del siglo pasado, aunque sea sólo por alcance mediático. Elizabeth Duval lleva ya un lustro en la palestra, especialmente desde que en el año 2021 publicara Después de lo trans (La Caja Books), donde reflexionaba sobre su propia experiencia transicionando. Ahora se ha convertido en un bastión de la izquierda política tras fichar por Sumar.
«Quiero confesar que cuando Yolanda Díaz me lo pidió, dudé», explica Duval en el anuncio que ha hecho en su cuenta de Instagram de que será la portavoz del partido Sumar en materia de feminismo, igualdad y derechos y libertades LGTBI en la campaña de las Elecciones Generales del 23 de julio.
Además de ser portavoz (y altavoz) de las ideas progresistas, o precisamente como tal, es colaboradora en diferentes programas, como Gen Playz, de RTVE, o Al rojo vivo y El Objetivo, de La Sexta, y ha escrito numerosos libros: Cuadernos de Medusa (2018), la antología de relatos de narrativa queer titulada Asalto a Oz (2019), el poemario Excepción (2020), la novela Reina (2020), Madrid será la tumba (2021) y, recientemente, Melancolía (2023).
'Después de lo trans' es el libro que situó definitivamente en el mapa a Elizabeth Duval

'Después de lo trans' es el libro que situó definitivamente en el mapa a Elizabeth Duval

Nacida en Alcalá de Henares, posteriormente pasó seis años de su infancia en Plasencia y se licenció en Filosofía y Letras Modernas en la Universidad de la Sorbona de París. Fue una acérrima defensora de la reforma de la llamada Ley Trans en España, recurriendo a su experiencia personal pero trascendiéndola en su defensa. En su nueva faceta política buscará «impulsar un feminismo abierto, dialogante e integrador, que amplíe derechos para todo el mundo y avance en la construcción de una España libre, diversa y orgullosa».

Crítica con «la izquierda caviar»

«No somos nada sin el otro. Mi esperanza en la humanidad, en la comunidad, no es tanto una fijación teórica como el reconocimiento de que todo lo que hacemos está enmarcado por quienes nos rodean, por las personas que queremos. Cuando nos convertimos en islas es más fácil caer en la tristeza», decía hace poco en una entrevista con la revista Esquire. Elizabeth Duval cree en la importancia de la solidaridad como principio de convivencia, aunque habrá que ver cómo se articula políticamente.
Crítica también con el anquilosamiento de una izquierda que no sabe hacia dónde avanzar, en 2019 ofreció una ponencia en la Universidad de Oviedo titulada «Articular lo espontáneo: apropiaciones discursivas del 15-M y los chalecos amarillos». En «Los trampantojos de la literatura de combate», donde cuestionaba La trampa de la diversidad (2018), el polémico y exitoso ensayo de Daniel Bernabé sobre las disfunciones de la izquierda actual, trataba de argumentar por qué yerra en su definición de la modernidad y de la posmodernidad y en sus definiciones del neoliberalismo.
También Secretaria de Igualdad del Sindicato de Periodistas de Madrid, ha sido (y es) crítica con la teoría queer: «El problema de lo queer en España es que ha sido absorbido por un enfoque artístico-cultural, que se hace pasar por teórico», tuiteaba en 2018, añadiendo que «muchos autores queer hacen pasar lo artístico por científico, lo general por universal».
No tiene problema en hablar de la «izquierda caviar», y comparte el análisis que hace Thomas Piketty de que la izquierda ha dejado de apelar a los trabajadores para centrarse en los universitarios de clase media-alta. «La desconexión de la izquierda francesa con los chalecos amarillos, que son clase media empobrecida, tiene mucho que ver con esto», escribía un año después.
Aunque claramente de izquierdas, Elizabeth Duval apoya sus argumentos en diversos filósofos y pensadores, además de en la experiencia. Es capaz de apoyar una formación y ser crítica con ciertas partes, y al contrario. Alejada de sectarismos, no ha dudado en enfrentarse a quien hiciera falta en la defensa de sus ideas. De hecho, ha estado vinculada a Unidas Podemos desde hace años, pero lamentó las palabras de Ángela Rodríguez 'Pam' tras frivolizar con las consecuencias de la ley del sólo sí es sí, asegurando que «enturbiaban la labor del Ministerio de Igualdad».

Pablo Iglesias, «un sectario»

Uno de sus picos de viralidad fue consecuencia de una discusión «pública» con Pablo Iglesias a través de redes sociales. El exvicepresidente criticó que el Grupo PRISA hablase de 'ticket electoral' respecto al tándem Sánchez-Díaz, y Elizabeth Duval salió a defender a quien ahora la ha fichado para su equipo de campaña: «No se trata de lealtad a Yolanda Díaz, por más que fuera Iglesias quien la señalara como sucesora. Se trata de velar por el bien del espacio político de la izquierda. A mí me sobra mucho este fuego amigo. Y ojalá, de corazón lo digo, Pablo rectifique a tiempo», escribió.
El antiguo líder de Podemos escribió un mensaje en contestación que muchos consideraron fuera de lugar, afeándole su presencia en los programas de La Sexta: «Señora, hágame el favor de soltarme el brazo y deje de hacer creer que se puede defender un proyecto político decente desde la tertulia de Ferreras. Cambiar CTXT por La Sexta le habrá dado más fama y dinero pero, si no le molesta, no se acerque más a nosotros. Saludos», contestó, ofensivo. Ante esto, Duval lamentó «el sectarismo que destila», confesó haberle admirado en el pasado y deseó «que las cosas fueran de otra manera».
Cuando a Elizabeth Duval le piden que defina sus convicciones políticas, es clara: «No soy seguidora ortodoxa de ninguna escuela, pero estoy en la órbita del postmarxismo y de cierta reivindicación de la soberanía popular. Me gusta Antonio Gramsci y el populismo, más Ernesto Laclau que Chantal Mouffe, cuya última deriva me produce rechazo (ahora ella defiende la democracia pluralista y yo pienso que la democracia plena es incompatible con el concepto de liberalismo predominante en nuestra época). Creo que el postmarxismo funciona mejor como herramienta de análisis y para ganar elecciones que para gestionar el Gobierno de un país. Me parece interesante el aceleracionismo de izquierda, sobre todo autores como Nick Srnicek y Alex Williams», contestaba en una entrevista en Voz Pópuli en 2019.
En el mismo diálogo afirma ser «mujer, lesbiana, 'trans' y joven» y defender una posición soberanista: «Difícilmente encajo en un planteamiento que hablaría de un colegueo con la extrema derecha, porque a mí deberían odiarme en varios sentidos distintos», apostilla frente a su habitual definición como rojiparda.
Defiende también la familia (que según ella, la izquierda enfocaba desde una óptica foucaltiana, como si solo pudiera concebirse como un dispositivo de control y de biopoder), especialmente como una estructura que protege a los ciudadanos y cuya solidaridad salvó a muchos de la precariedad y el derrumbamiento del estado del bienestar, y critica que la izquierda española sea antirreligiosa.
«El pensamiento socialista europeo no se puede comprender sin la herencia del catolicismo», escribe también, aludiendo a su formación filosófica para no desdeñar en absoluto lo religioso-espiritual. «Un militante de izquierdas español puede repetir que en España cada vez menos gente acude a misa, pero seguimos siendo un país católico. Es una cuestión cultural que tiene raíces profundas, fuertemente ligadas a la educación. La izquierda española necesita un discurso que mire más allá de despreciar la religión», asevera.
Comentarios
tracking