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30 de abril de 2024

Fernando Bonete Vizcaino
Fernando Bonete Vizcaino
Anecdotario de escritores

Nadie conoce a Arthur Conan Doyle

El autor de Sherlock Holmes es el gran desconocido: más allá de su célebre detective, pocos conocen su amplia trayectoria narrativa

Actualizada 04:30

Arthur Conan Doyle (b/w photo)

Arthur Conan DoyleGtres Online

Sabes que un personaje literario ha alcanzado el máximo nivel de fama y admiración posible cuando se conoce más acerca de su vida y obra que de la vida y obra de su creador. Es por esto, por la celebridad alcanzada por Sherlock Holmes, que el lector medio lo desconoce casi todo acerca de Arthur Conan Doyle.
Con respecto a su obra, se desconoce que detestó al propio Holmes, pues prefería con mucho escribir novela histórica; que fue un gran exponente de la novela de aventuras, de misterio y de terror; que fue uno de los escritores pioneros de la ciencia ficción, género del que brotó el irascible profesor Challenger –por vez primera en El mundo perdido, cuyo relato nos lleva a una meseta de Sudamérica donde todavía viven dinosaurios y otras criaturas prehistóricas, el escenario que inspiró a Michael Crichton para después saltar a la gran pantalla con Steven Spielberg–. Que es, con todo, un escritor muy poco leído: las obras de Sherlock Holmes, entre novelas y relatos, representan aproximadamente el 30 % del total escrito por Arthur Conan Doyle. Quienes han leído mucho a Holmes, han leído poco a Conan Doyle.
Con respecto a su vida, se desconoce que su interés por la investigación y la deducción excedió con mucho la ficción, forjando un verdadero compromiso con la justicia. El novelista británico Julian Barnes nos descubrió en su prodigiosa biografía narrativa Arthur & George la activa participación de Conan Doyle en el caso Great Wyrley; consiguió la liberación del acusado George Edalji en un juicio clave para que se creara en Inglaterra el Tribunal de Apelaciones. Su participación en otros casos, como el Slater, el Thompson y Bywaters, o el caso Hinds sirvieron para apuntalar la necesidad de los mecanismos judiciales de revisión de sentencias.
Y con respecto a su obra y vida, fue el adalid de la teosofía de su tiempo, un ferviente espiritista. Dedicó varios ensayos a la materia, entre los más «conocidos» y traducidos al español La nueva revelación y El mensaje vital; también una Historia del espiritismo, y una crédula defensa de la existencia de las hadas en El misterio de las hadas. Ajeno a todas las polémicas, mantuvo hasta el final una enconada defensa de la posibilidad de entablar contacto con los muertos, entre los cuales se contaba su hijo Kingsley, una pérdida que marcó su vida y le llevó a estrechar lazos con los médiums.
Para postre, Conan Doyle intentó fichar al mismo Houdini en una sesión liderada por la mujer del escritor, Jean Lackie, en que el escapista recibió una carta de su difunta madre a través de ella. Houdini descubrió el engaño en base a diversas incongruencias en el contenido de la misiva, y se sintió tan estafado que terminó haciendo de la disputa contra el espiritismo una cruzada personal.
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